Inconvenientes de la poesía

Al parecer, la compañía Iberia ha desestimado la oferta de la editorial Mondadori para regalar ejemplares de su nueva colección de poesía de bolsillo a sus pasajeros aduciendo que esta lectura es demasiado arriesgada y fuerte.Quizá los responsables de Iberia consideren más tranquilizador que sus clientes lean, en las noticias del día, la matanza de centenares de inocentes en Argelia, la valiente hazaña de descerrajar un tiro en la nuca de una mujer indefensa, las querellas iternas de la fiscalía o el medicamentazo, por aquello de que el horror cotidiano es más digerible. O también es posible que, detrás de una mesa de la administración de la compañía, alguien lúcido haya descubierto la verdadera función de la poesía y lleve razón en cuanto a lo inquietante y revulsivo de su lectura y a la larga peligroso. Algún osado ejecutivo puede plantearse volver a su casa, comprarse un huerto y dejar sin resolver los intrincados negocios de su empresa cuando Cernuda le dice: "Y contemplas con gesto distraído desde la altura/ esta sucia tierra donde el poeta se ahoga. / Abajo, estatuas anónimas, sombras, miseria, preceptos de niebla; / una chispa brilla en la hora vengativa. / Su fulgor puede destruir vuestro mundo".

¿Se imaginan a un atribulado candidato a un puesto de responsabilidad reflexionando con Walt Whitman: "¡Quitarse la mordaza! / Sentirme, hoy como siempre, feliz con lo que soy. / ¡Oh, lo desconocido, el éxtasis y el trance! / ¡Zafarse ya de anclas y de amarras ajenas! ¡Ser libre! ¡Amar con libertad! ¡Lanzarse ingenuo y temerario!"?

¿Y si a alguno de los probos pasajeros, con un libro del "viejo indecente" Bukowski en la mano, le da por pellizcar a alguna de las féminas de a bordo?

El preocupado viajero de hoy, que espera una catarsis, se quedará de piedra cuando Kavafis le diga que "gente venida de la frontera dice que ya no hay bárbaros", "que ya no hay solución". Los nuevos bárbaros que debían purificar el Occidente se ocupan aplicadamente en una espectacular Tormenta, del Desierto.

La poesía debe agradecer a Iberia que al menos la considere preocupante.-