18 muertos al estallar una bomba en un tren de pasajeros en Argelia

Los grupos armados argelinos, cuyas acciones terroristas se han cobrado más de 80.000 muertes desde el estallido de la violencia en 1992, paecen haber radicalizado sus ataques tras el aparente fracaso de las últimas presiones occidentales en favor del diálogo político. El primer atentado contra un gasoducto, dos emboscadas contra convoyes militares, con un resultado de 47 muertes, y la explosión de una bomba en un tren de viajeros, que se saldó ayer con 18 víctimas mortales, confirman esta sangrienta estrategia.

Al menos seis vagones del tren que circulaba a primera horade la tarde de ayer entre Argel y Afrun, en la provincia de Blida, descarrilaron tras la explosión de una bomba colocada sobre las vías en las cercanías de Bufarik (30 kilómetros al sur de la capital). La radio estatal argelina difundió un comunicado de las fuerzas de seguridad en el que se confirmaba la existencia de 18 muertos y 25 heridos, sin dar más detalles sobre el atentado. Miembros de los equipos de auxilio a las víctimas y habitantes de la zona aseguraron, sin embargo, que el número de muertos podría ser más elevado.Este nuevo atentado contra civiles se registra en un momento en el que los grupos armados dirigen también su ataques contra el sector de la energía y tras los dos ataques perpetrados la pasada semana contra convoyes del Ejército en el centro y este del país, que ocasionaron la muerte de 47 militares.

Según la prensa de Argel, parecen indicar una radicalización de la estrategia terrorista tras el apareente fracaso de los intentos de la UE y EE UU, así como de diversos gobiernos, incluido el español, para estimular una "solución política" a la crisis argelina mediante la apertura de un diálogo entre el régimen del presidente Liamín Zerual y la oposición democrática y el islamismo político representado por el Frente Islámico de Salvación.