Up & down
Mientras el secretario general de la ONU negociaba en Bagdad, las cancillerías universales contemplaban con el mismo desdén las negociaciones y los preparativos de guerra del emperador. Esta guerra es tan difícil de justificar que parece imposible, y, de producirse, no merecerá otro comentario que el de: no me lo puedo creer. Los buenos aliados del emperador no le han demostrado entusiasmos, pero tampoco han esgrimido la teoría de la soberanía nacional a la que los Estados ya sólo recurren cuando han de tapar sus guerras sucias como en Argentina, Chile, México o Argel. Los estadistas buenos aliados se han limitado a preparar las palanganas para acudir en auxilio de su señor cuando tenga que limpiarse las manos, en este caso ensangrentadas, conscientes de que viven en el down de la historia y de que han de estar pendientes de las llamadas que les llegan desde el up.Oficio de paje de prostíbulo el de palanganero, por extensión puede aplicarse al de paje de matadero, sea el paje político de cualquier Marca del Imperio o sea el paje mediático. Entre los pajes mediáticos ha llegado el momento de los periodistas estadistas al servicio de editoriales comprensivos con las razones del emperador y el de los periodistas paracaidistas novios de la muerte ajena, y no me refiero a los corresponsales de guerra de oficio, sino a los de pensamiento e intención. Ya ni les dejan contar los cadáveres y han de limitarse a secundar, disfrazados de Jane Fonda, el aerobic de la CNN para dar una visión hotel cinco estrellas de la venturosa Pax romana clintoniana, y, por favor, que no se cuele el adjetivo clitoriana. Los palanganeros políticos esperan el momento venturoso en que, pasada la tormenta, el emperador les llame desde el up y les ofrezca su colección de trajes y chándales usados para que se queden con el que mejor les siente, por orden de llegada con y de tamaño de la palangana.
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