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El Grupo de los Ocho pide reformas laborales y mayor inversión pública para combatir el paro

Los ministros de Finanzas y de Trabajo de los siete países más industrializados del mundo y Rusia, el llamado Grupo de los Ocho (G-8), aprobaron ayer un genérico plan de acción para impulsar la creación de empleo. El plan se nutre de siete principios fundamentales que instan a emprender reformas estructurales en los mercados laboral, de capitales y mercancías y a introducir cambios en los sistemas fiscal y de protección social. Además, otorgan un papel fundamental al Estado en la creación de un "clima favorable" para la inversión y el empleo. El grupo propugna la "adaptabilidad" de los horarios de trabajo, aunque el comunicado elude una valoración sobre la reducción de la jornada laboral.

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Bajo la premisa de que una política macroeconómica estable no es suficiente para garantizar el crecimiento sostenido, los ministros de Finanzas y Trabajo del G-8 (Estados Unidos, Japón, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Rusia) acordaron ayer en Londres una nueva agenda laboral para el futuro. Los representantes del grupo se comprometieron a elaborar sus propios programas de actuación contra el paro y a presentar los primeros resultados en la cumbre de Birmingham (Inglaterra), prevista para el próximo mayo.Los remedios aceptados por el G-8 este fin de semana se nutren de una filosofía intermedia entre el proteccionismo estatal, favorecido en la mayoría de los países europeos con Francia y Reino Unido a la cabeza, y la liberalización del mercado laboral que defiende Estados Unidos.

En el comunicado final de las sesiones, el grupo reconoce que "es esencial lograr una tasa de crecimiento económico más elevada por medio de la inversión en la industria, las infraestructuras, la educación y la tecnología". Los siete principios generales que deberían aplicar los Gobiemos para favorecer la creación de empleos son los siguientes:

Políticas macroeconómicas sólidas. La nueva agenda se sustenta en unas "políticas macroeconómicas solidas" dirigidas a contener la inflación y favorecer el empleo.

Reformas estructurales de los mercados laboral, de capitales y mercancías. El comunicado advierte sobre la necesidad de actuar para derribar las barreras administrativas y las cargas fiscales que impiden el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas. Además, el comunicado insta a promover la "adaptabilidad, la eficiencia y la equidad" en los acuerdos sobre horario laboral y organización del trabajo.

La mención a la "adaptabilidad" parece responder directa mente a la propuesta francesa de reducir la semana laboral a 35 horas, que, según declaró ayer el ministro de Finanzas británico, Gordon Brown, "es una decisión que debe tomar cada país". Sobre este punto, el comisario europeo para Asuntos Económicos, Yves-Thibault de Silguy presente en la cumbre, afirmó que la reducción del tiempo de trabajo "no es una fórmula milagrosa al problema del paro".

Fomento de la pequeña y mediano empresa. Cada país debe "crear un ambiente económico favorable" para el desarrollo de las pymes y de nuevas iniciativas empresariales, permitiendo un fácil acceso al capital riesgo. En este aspecto, el ministro italiano del Tesoro, Carlo Azeglio Ciampi, anunció la creación de un segundo mercado bursátil para favorecer el acceso de las pymes a nuevos mecanismos de financiación.

Apoyo a los grupos con dificultades. En el futuro inmediato, los diferentes Gobiernos "proveerán oportunidades educativas y de adiestramiento" de forma que los grupos más desfavorecidos en el mercado laboral jóvenes, parados de larga duración, madres y padres solteros y discapacitados) encuentren vías para acceder a un trabajo.

Reforma del sistema fiscal y de protección social. "La transición desde una situación de dependencia de los subsidios estatales a la autosubsistencia se incentivará mediante la reforma conjunta de los sistemas fiscales y de Seguridad Social". El propósito de la reforma, explica el comunicado, se orienta a "facilitar y animar" a los parados a "buscar activamente" un puesto de trabajo.

Formación continua. El plan de acción no limita los programas educativos a los parados. Por el contrario, los cambios tecnológicas obligan a la población laboral a "toda una vida de fórmación". Los Gobiernos, por tanto, "facilitarán y animarán a la gente a estudiar y mejorar su conocimiento y destreza de forma que se amplíen sus posibilidades para ser contratados".

Igualdad de oportunidades y lucha contra la discriminación. Los ocho países aceptan el principio tradicional de "promover la igualdad de oportunidades y combatir la descriminación de todos los empleados".

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