Jesuitas miembros de la curia y reputados teólogos, entre los 20 nuevos cardenales

La plaza de San Pedro fue escenario ayer del último consistorio del siglo y del milenio. Un titubeante Juan Pablo II entregó la birreta roja a los 20 nuevos cardenales, entre los cuales hay jesuitas, miembros de la curia romana y reputados teólogos. Le ayudarán, dijo, a guiar esta institución "desde la primavera del Concilio Vaticano II" al verano del jubileo del 2000. A la ceremonia, donde el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, recibió la alta dignidad eclesiástica, asistieron el ministro de Exteriores, Abel Matutes, y el presidente de la Xunta gallega, Manuel Fraga.

Diecinueve de los 20 nuevos purpurados tienen menos de 80 años y podrán participar por tanto en un eventual cónclave. No había suspense alguno en la ceremonia de ayer, desarrollada de acuerdo con el ritual fijado en 1991, cuando la Iglesia abandonó los consistorios privados. El Papa había despejado cualquier duda sobre los nominados días antes de partir para Cuba, a finales de enero. Entonces se supo que Juan Pablo II había superado en tres el número máximo de 120 cardenales fijado por su antecesor Pablo VI para participar en un cónclave y que había otorgado la púrpura in pectore a otros dos religiosos de los que dará a conocer los nombres más adelante.La única novedad desde entonces es que la muerte del cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, a los 78 años de edad, vuelve a reducir a 122 el número de componentes de un hipotético cónclave en el que se deja sentir con fuerza la impronta de Karol Wojtyla, que ha elegido a 106 de los 122 cardenales -los restantes 16 fueron elegidos por Pablo VI-

Universalidad

La aludida universalidad de la Iglesia católica y romana quedaba patente ayer en los nuevos purpurados, pertenecientes a 14 países y a cuatro continentes. En la lista figuran dos estadounidenses, un canadiense, cuatro latinoamericanos, un africano, un chino -naturalmente, de Taiwan- y 11 europeos, de ellos siete italianos -el peso de la Iglesia romana todavía es fuerte-, un español, un polaco, un austríaco y un francés.Se trata de un variado conjunto donde se encuentran jesuitas, varios miembros de la curia romana y pastores de importantes diócesis del mundo. Entre los más jóvenes figura el arzobispo de Dar es Salam, Polycarp Pengo, de 54 años, y el de Ciudad de México, Norberto Rivera Carrera, de 55 años, que representa a la diócesis con más católicos del mundo y cuyo nombre se cita entre los papables no italianos.

Entre los nominados figura también el arzobispo de Génova, Dionigi Tettamanzi, de 63 años de edad, considerado por los vaticanistas como el cardenal italiano mejor situado para suceder a Karol Wojtyla. Christoph Schonborn, arzobispo de Viena y reputado teólogo, es otra de las grandes personalidades que ingresan en el colegio cardenalicio.

Al sector más joven pertenece también el arzobispo de Madrid, nacido en la localidad gallega de Villalba hace 61 años, que fue ordenado sacerdote en marzo de 1959. Su carrera sacerdotal quedó coronada con su nombramiento como obispo de Santiago de Compostela en mayo de 1984, sede que cambió por la archidiócesis de Madrid en julio de 1994. Con el arzobispo de Madrid son ya seis los cardenales españoles: Marcelo González Martín, Ricard María Carles, Ángel Suquía, Antonio María Javierre y Eduardo Martínez Somalo.

El ritual de este consistorio ordinario se desarrolló en la plaza de San Pedro con rigurosa exactitud. Uno de los nuevos cardenales -en este caso el chileno Jorge Arturo Medina Estévez- leyó en italiano, en nombre de todos sus compañeros, unas palabras de agradecimiento al Pontífice.

El Papa respondió con un mensaje a los nuevos príncipes de esta monarquía absoluta que es la Iglesia católica. Sólo hubo una baja, la del italiano Alberto Bovone, que recibió la birreta en el hospital en el que acaba de ser operado.