Sin salir de casa

Emilio Botín ha revolucionado el mundo bancario sin necesidad de salir de casa. El banquero cántabro -el hombre más rico de España, según la revista Forbes- viene oteando el horizonte desde hace tiempo para fortalecer el banco que preside ante la entrada en la moneda única y la posible oleada de fusiones bancarias, en la que no se descartan ofertas hostiles. En esas coordenadas se mueve el Santander.A Botín le interesa comprar o aliarse en Francia, Italia y Portugal..., pero también ser más fuerte en España y evitar cualquier tentación de ofertas hostiles. Y con un simple movimiento de piezas y a un precio no muy alto, el veterano banquero ha encarecido la posición del Santander en Banesto.

Según el Santander, la OPA se decidió hace muy pocas semanas, una vez comprobado que se ha logrado el saneamiento, y no tiene otro motivo oculto. El saneamiento se había previsto para un plazo de cuatro años, que acaba el próximo agosto. ¿Por qué ahora? El Santander insiste en que tiene interés en seguir con Banesto "por su potencial y su complementariedad" y porque el saneamiento ya está logrado. No ha querido esperar. "Hay que ganar 1998, no perderlo", dice Luzón, uno de los hombres de confianza de Botín, que como presidente de Argentaria pujó por Banesto.

Es verdad que Alfredo Sáenz -el hombre al que Botín confió la recuperación de Banesto- ha logrado acabar sus deberes antes de tiempo y que ha saneado la entidad, que encontró con un agujero superior a los 605.000 millones de pesetas por la labor del equipo de Mario Conde (ayer éste atacó a Botín: "Se ha dado cuenta de que hay un dinero oculto y se lo quiere quedar", dijo). Banesto, además, aumentará considerablemente la cifra de beneficios del Santander gracias a que el grupo podrá consolidar más y a que, por el método de compartir servicios, ahorrará muchos costes (102.000 millones en los próximos cuatro años).

Además, el Banco de España ha comunicado al Santander que no le gustaría que se desprendiese de Banesto ni en parte ni en todo. La advertencia no hace falta, según el Santander, ya que no ha pasado por la cabeza, a pesar de las sospechas de los sindicatos. "Si hubiéramos querido vender, no nos habríamos desprendido del 3% que compramos al fondo Corsair en 1997 ni de los paquetes que recuperamos de Royal Bank of Scotland o Metropolitan Life]".