Rebagliati presume de medalla
Ross Rebagliati se llevó la medalla al Big Hat, el pabellón de hockey sobre hielo donde su país, Canadá, goleó a Bielorrusia. Y presumió de ella al cuello como una especie de revancha. El Comité Olímpico Internacional (COI) ha admitido sin objeción alguna la decisión del Tribunal de Arbitraje en el Deporte (TAS)de mantener la medalla de oro al ganador del gigante de snowboard. Aunque dio positivo con marihuana no había base jurídica en los reglamentos para quitársela. Los análisis, sin embargo, continuarán haciéndose, según el COI, y si vuelve a haber casos se estudiará cada uno. Rebagliati admitió por la mañana (tras haberle soltado casi la medianoche anterior la policía japonesa, que además de interrogarle quería registrar su habitación), que hasta abril de 1997 consumía cannabis de forma ocasional, pero como un acto social, sin estar enganchado. Y no quiso mojarse más: "No es de mi competencia hablar sobre la reglamentación actual y no quiero enviar ningún mensaje. Cada uno debe tomar sus propias decisiones".
Otra reina
Canadá ha pasado la página y quiere ofrecer mejores cosas, como la patinadora Catriona Lemay Doen, la bomba de la velocidad femenina, que confirmó en la primera manga de los 500 metros no sólo ser la mejor sino la auténtica reina de belleza de los Juegos, aunque gane menos medallas que la esquiadora de fondo rusa Larissa Lazutina. También fue encantamiento estético el que volvieron a desplegar Pasha Grishuk y Evgeny Platov, la formidable pareja rusa de danza en patinaje artístico. Se pusieron líderes ya tras las dos danzas obligatorias, que esta vez, por sorteo, han sido vals y tango. Quedarán el domingo y el lunes la danza original y la libre. Pero antes terminarán los hombres, con un reto para el campeón del mundo, otro canadiense, Elvis Stojko, que fue superado en el programa corto por el ruso Ilia Kulik. Ambos se la jugarán quizá con cuádruples saltos para ganar el oro.Y mañana, domingo, será fiesta mayor en Japón, de nuevo con los saltos de trampolín, esta vez el mayor de 120 metros. Harada y Funaki tratarán de que no se les escape el oro como ocurrió en el de 90 ante el finlandés Soininen. Si el tiempo no lo vuelve a impedir o a retrasar, tras el supergigante masculino y el descenso femenino debe disputarse el descenso también para mujeres de la combinada de esquí alpino. Y ayer terminó el luge (trineos), con un nuevo triunfo (tras imponerse también en individuales) de Alemanio en el doble masculino.
La mejoría estadounidense sólo les hizo subir al resto del podio. El luge, así, ha dejado el sitio en la Espiral de lizuna Kogen al bobsleigh, que está más abierto que nunca, ya sin el dominio de suizos y alemanes de antaño. Quien no ganará, seguro, es Alberto Grimaldi de Mónaco.
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