"El Centro es por la mañana un pueblo y por la noche, la selva"
En un año ha rodado Paulina cuatro películas. Su rostro no es demasiado conocido, pero esa situación tiene los días contados. Los títulos que protagoniza la actriz de 33 años, nacida en Chile aunque con patria en Madrid, anegarán las pantallas en un auténtico efecto cascada. No reconoce abiertamente, aunque el brillo de los ojos le traiciona, que su papel favorito: puede ser el de la película de Manane Rodríguez, Retrato de mujer con hombre al fondo, por el que fue propuesta para el Premio Goya a la actriz revelación. Sus otras personalidades son la abnegada madre de familia para Carlos Saura en Pajarico; el centro de un triángulo amoroso en el enloquecido París del 36, con Mario Gas, en El pianista, o la mujer de hielo que ha creado Carlos Pérez Marinero en su película Rincones del paraíso. En la ceremonia de los Goya de 1997 Paulina hizo en voz alta la reflexión siguiente: "El año próximo, si no me nominan, no vengo". Y su deseo fue oído.
Pregunta. Pregunta obligada, y ante la candidatura, ¿qué?
Respuesta. Pues de todo menos nervios. De verdad. Yo suponía que, como así ocurrió, el Goya sería para Isabel Ordaz porque partía como favorita. Pero, para mí, la nominación ya era todo un premio.
P. A punto de estrenar usted cuatro películas, ¿qué puede pasar después de esta avalancha?
R. Me resulta muy difícil hacer cálculos exactos, pero supongo que será, mucha la gente que me vea en uno de los cuatro trabajos. Afortunadamente, son todos muy distintos.
P. Escoja uno, por favor.
R. Es difícil, pero puede que me sienta más satisfecha con el papel de Cristina en la película de Manane Rodríguez. El título define la película. Retrato de mujer con hombre al fondo no es una historia feminista. El hombre está donde está, como consecuencia directa de que la mirada es de la mujer.
P. Era usted bailarina de flamenco cuando Albert Boadella la raptó para el teatro.
R. Buscaban una actriz que supiera bailar para Yo tengo un tío en América. Fue la primera vez que pude desarrollar un trabajo verdaderamente creativo; Boadella es de esos alquimistas, capaces de provocarte para que le des lo que necesitan.
P. ¿Y el flamenco?
R. Ahí está, para momentos de borrachera. Cuando algo me gusta no quiero dedicarme a ello a medias. Pongo mucha pasión en lo que hago. P. Usted vive en Madrid desde los ocho años.
R. Nací en Chile, pero Madrid es mi patria. En un momento tuve que elegir y no me arrepiento. Madrid es una ciudad que te deja ser tú misma, puedes reír o llorar por la calle; Madrid te permite estar sola, acompañada. Me encanta su anarquía, especialmente en el centro, donde vivo, que por el día es un pueblo y por la noche, la selva.
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