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675.000 viajeros usan a diario la red de cercanías de la región

Los trenes de cercanías de la región transportaron durante 1997 a una media de 676.804 madrileños en jornadas laborables, según un estudio de Renfe que ayer hizo público el gerente de la compañía en Madrid, Abelardo Carrillo. Esta cifra supera en un 8,7% la de 1996, cuando la media ascendió a 622.688 pasajeros, y confirma una tendencia de crecimiento que se remonta a 1990: por aquel entonces, sólo 416.000 viajeros se subían a diario al tren en la red madrileña, con lo que el incremento acumulado en toda la década ronda el 62,5%.

Cercanías de Madrid dispone en la actualidad de 84 estaciones repartidas en 12 líneas. Los buenos resultados de 1997 se deben, en parte, al óptimo rendimiento de la joven línea C-10 (Chamartín-Villalba), que comenzó a funcionar en 1996 y experimentó un aumento en su pasaje de casi 44 puntos durante el año pasado.

"En la línea de la sierra hay cada vez más viajeros que descubren en el tren una alternativa razonable al uso del coche particular", expuso Carrillo.

La C-5 (Fuenlabrada-Atocha-Móstoles) continúa como la línea con mayor afluencia de viajeros, no ya de Madrid, sino de toda España. Las estadísticas, hablan de 286.656 usuarios al día, un 4,6% más que en el ejercicio anterior. La estación de Móstoles acoge a 53.356 viajeros diarios, más de la cuarta parte de la población local; la de Fuenlabrada suma 35.543 usuarios.

Más de la mitad de los pasajeros pasan en su recorrido por la red por la estación de Atocha. La asignatura pendiente de Cercanías sigue siendo, admitió Carrillo, la escasa utilización de los aparcamientos disuasorios junto a las estaciones, pese a que suman cerca de 10.000 plazas.

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