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FÚTBOL 23ª JORNADA DE LIGA

Duro golpe a las aspiraciones del Atlético

El Celta acabó con nueve jugadores por expulsión de Ito y Salinas

La ilusión del Atlético por rentabilizar una Liga sin dueño recibió un duro golpe en Balaídos, donde el Celta resistió al infortunio y sumó un punto cargado de épica. Se aleja el equipo del Calderón de los puestos de cabeza, pero sus males no terminaron ahí, porque su autoestima también se resentirá por su impotencia para imponer su personalidad ante un equipo mermado por las expulsiones. Sólo hubo destellos de los rojiblancos; lo demás fue fútbol del Celta, que fue mejor incluso cuando se quedó con nueve hombres.Es el Atlético de Madrid el segundo equipo que logra arañar en Balaídos, pero el sabor a derrota no le abandonará en toda la semana. Cuando restaban más de 20 minutos y el Celta sufrió la segunda expulsión empezaba un partido nuevo que ni Antic ni sus jugadores supieron administrar. El Atlético dejó de crear peligro y vivió al borde de una nueva desgracia de las que tanto abundan esta temporada. Lejos de encerrarse, el Celta se atrevió a intimidar a Molina. Visto así, el empate no fue tan mal resultado para el equipo del Manzanares.

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Peor contra diez

Antic había previsto apretar mucho al Celta en el centro del campo y dejar a Caminero la organización del ataque. Juninho ocupó un puesto en una delantera mermada por las bajas de Kiko, Vieri y Bogdanovic, tres jugadores que suman más de 20 goles en la Liga. Buena parte de su solución se vino abajo a los siete minutos por la lesión de Aguilera, que tuvo que dejar su sitio en el campo a Geli. La presión sí funcionó como en los viejos tiempos, con la defensa lejos de Molina, y cada balón que el Celta perdió en el centro del campo dio lugar a una ocasión para el Atlético de Madrid.

Pero si tuvo que improvisar el equipo rojiblanco sobre la marcha, peor fue lo que le ocurrió al Celta a los 25 minutos, cuando Caminero hizo un sombrero a Salinas en el área y cayó cuando encaraba el mano a mano con Dutruel. Fue un penalti como tantos que se le han negado al Celta esta temporada, pero fue penalti al fin y al cabo, que dejó a los de Vigo por detrás en el marcador y un hombre menos en el campo. El lance encolerizó a Balaídos y al Celta. Apenas modificó Irureta el planteamiento; dejó a tres hombres en defensa, retrasó a Mazinho unos metros y siguió creando peligro como hasta entonces.

Atrás queda la fama de conservador que arrastraba el ex técnico de la Real Sociedad. Con un jugador menos, siguió mandando el partido, aunque solventó los arañazos del Atlético muchas veces sólo por la falta de acierto de los rojiblancos. Tan a gusto se siente el Celta cuando ataca que Sánchez se permitió, apenas cinco minutos después del penalti que transformó Juninho, retener el balón en el área atlética una eternidad y esperar la llegada de Ito, que culminó una carrera de 20 metros con un disparo que no detuvo Molina.

Poco provecho sacaba el Atlético de una superioridad numérica que Mazinho contribuyó a contrarrestar con un trabajo espectacular, incrustado en el centro de la defensa. El partido sufrió una nueva convulsión cuando faltaban 20 minutos. Gracia Redondo presenció impasible una entrada de Michel Salgado por detrás a Juninho que dio con el brasileño en la enfermería. Reaccionó con el golpe de bandera de su auxiliar, señaló la falta e indultó al lateral céltico. Como Ito se adelantó apenas un metro en el lanzamiento, el árbitro le mostró la segunda amarilla y lo envió al vestuario.

Con nueve jugadores el Celta siguió jugando al fútbol y el Atlético no tuvo pinta de equipo que aspira a la Liga. Se adelantó en un campo difícil y suplió con éxito las bajas, pero con dos futbolistas más sobre el campo no tuvo pinta de equipo que aspira a la Liga.

Las mejores ocasiones en esos minutos cayeron del lado del grupo de Irureta, que acogió el resultado como una victoria más de las tantas que suma este año en Balaídos.

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