India revisa el legado de Gandhi en el 50º aniversario de su muerte
India conmemoró ayer el 50º aniversario de la muerte de Mahatma Gandhi con actos simbólicos de veneración y el reconocimiento de historiadores y comentaristas sobre el legado del líder mundial de la no violencia, aunque con escasas muestras de fervor popular. El 30 de enero de 1948, nueve meses después de que India se independizara del Imperio Británico, Mahatma Gandhi, conocido en India como el padre de la nación, murió asesinado por un extremista hindú.
Gandhi se disponía a dirigir unas oraciones multiconfesionales en el jardín de la casa del industrial indio Birla, en el corazón de Nueva Delhi, cuando Mathura Godse le abordó en el camino y, tras inclinarse ante él en señal de reverencia, le disparó tres tiros a bocajarro.Godse se vengó así del trato privilegiado que Mahatma Gandhi, de acuerdo con el asesino, había otorgado a la minoría musulmana que vivía en el subcontinente indio bajo dominio británico. "Su asesinato fue una necesidad", aseguró ayer Gopal Godse, de 78 años, hermano de Mathura, tratando de justificar los disparos que descerrajó su hermano sobre Gandhi y sin que mostrara ningún arrepentimiento. "La sociedad india se hubiera sentido insultada si Gandhi llega a morir de muerte natural", declaró Godse en un acto público en Narsapur, al oeste del país. "Su asesinato era una necesidad". Lo hicimos en favor de la nación", añadió Gopal, que pasó 20 años en prisión. Su hermano Mathura fue ahorcado.
Antes de morir, Gandhi había recorrido todo el país invitando a sus compatriotas a resistirse pacíficamente al Gobierno británico. Su campaña de desobediencia civil le convirtió en líder del pacifismo universal.
"El pacifismo gandhiano sigue siendo válido hoy", asegura el sociólogo D. L. Seech, pero, según otros analistas, su asesinato puso el primer interrogante al legado de la filosofía pacífica del Mahatma. Simultánemente a su campaña contra el poder británico, Gandhi luchó para evitar la partición del país que, con la retirada de los ingleses en mayo de 1947, quedó dividido en Pakistán e India. Más de un millón de personas murieron a causa de la violencia racial que presidió el trasiego de musulmanes que emigraron a Pakistán -creado para alojar a la población islámica- y de los hindúes, que abandonaron Pakistán para instalarse en la India.
El fracaso de la partición
"Gandhi fracasó en evitar la partición", reconoció, Seech, pero agregó que India es un Estado secular -el que hizo posible Gandhi, mientras Pakistán se constituyó en un Estado islámico-, aunque está lejos de disfrutar de la convivencia pacífica entre ciudadanos de todas las religiones, por la que Gandhi luchó.Los brotes de violencia racial entre la mayoría hindú y la minoría musulmana siguen sacudiendo India, y los nacionalistas hindúes son actualmente la fuerza política mayor del país.
"El Estado sigue siendo secular, pero las relaciones entre las diferentes comunidades se han hecho más raciales", afirma Seech. En cuanto a la política económica, "los principios gandhianos fueron ignorados desde el primer día", añadió el sociólogo.
El modelo ecónomico previsto por Gandhi de utilización de los propios recursos y potenciación de las comunidades rurales fue sustituido por los planes de industrialización a gran escala, imitando el modelo soviético que puso en marcha Jawaharlal Nehru, el primer ministro que tuvo el país tras la independencia.
Las reformas liberalizadoras lanzadas por Nueva Delhi en 1991 escandalizarían al Mahatama, piensa el comentarista Praful Bidwai. Ninguno de los modelos económicos logró eliminar la pobreza, otro de los grandes objetivos de Gandhi, cuyo 50º aniversario se conmemora con casi la mitad de los 980 millones de indios viviendo por debajo de la línea de pobreza.
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