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La economía de EE UU creció en 1997 un 3,8%, el mejor resultado desde 1988

La economía de Estados Unidos creció un 3,8% en 1997, la tasa de crecimiento del producto nacional bruto más alta desde 1988, gracias a un espectacular aumento en el último trimestre (4,3%) que ha pillado por sorpresa a Wall Street y ha superado las expectativas más optimistas. Alan Greenspan, el poderoso presidente de la Reserva Federal (el banco central estadounidense), reiteró ayer, no obstante, sus advertencias sobre las repercusiones de la crisis asiática, cuyo coste cifró en 100 billones de pesetas.

El índice Dow Jones, que acumulaba tres días de ganancias, tenía una razón más para iniciar la jornada de ayer con fuertes subidas, aunque al cierre de la sesión registraba una considerable caída y recogida de beneficios.No sólo Bill Clinton parece haber controlado el escándalo que azota la Casa Blanca estos días, sino que el jueves Greenspan retrató la economía nacional como "excepcionalmente saludable". Ayer, Greenspan subrayó ante el comité bancario del Congreso que "el nivel significativo de volatilidad que sigue existiendo en los mercados asiáticos indica un clima excepcionalmente alto de incertidumbre, rozando el pánico".

Pérdidas y ayudas

Greenspan compareció ante ese foro junto al secretario del Tesoro, Robert Rubin, para reiterar al legislativo la necesidad de aprobar la participación de EE UU en la ayuda de 100.000 millones de dólares (unos 15 billones de pesetas) que el Fondo Monetario Internacional quiere destinar a ayudar a Indonesia, Tailandia y Corea del Sur.Según Greenspan, la crisis en esos países ha provocado desde junio del año pasado unas pérdidas en todo el mundo de 700.000 millones de dólares (más de 100 billones de pesetas). Además, añadió, la posibilidad de que la inestabilidad desequilibre a Japón, Latinoamérica y Europa oriental es "pequeña pero no desdeñable". También subrayó que el efecto negativo en la economía de EE UU puede notarse antes del final de la próxima primavera.

El crecimiento del PIB un 3,8% en 1997 es la prueba más amplia e irrefutable hasta la fecha de que, como repite Clinton, el estado actual de la economía de EE UU es el mejor en toda una generación, y viene a completar definitivamente el panorama adelantado en los últimos meses por otros indicadores en constante mejora como la inflación y el desempleo.

Las últimas estadísticas sitúan la tasa de paro en EE UU en el 4,7% y la de inflación en el 1,7%. "El mejor de todos los escenarios posibles", como también se ha descrito a menudo este sorprendente equilibrio de empleo e inflación, muestra signos de ser algo más que un fenómeno coyuntural, a pesar de que Greenspan y todos los especialistas siguen advirtiendo que la bonanza no puede prolongarse indefinidamente. La crisis en Asia, que impedirá a EE UU seguir exportando al ritmo actual, va a frenar este crecimiento de manera inevitable e inminente, según todas las expectativas.

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