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Reinar después de morir

Mónica Carrió logra la medalla de bronce en los Mundiales de halterofilia tras la descalificación de una levantadora turca

Mónica Carrió se llevó un gran disgusto cuando sólo rozó el podio en los pasados Mundiales de halterofilia. Apenas un mes después ha pasado a la alegría. La descalificación por dopaje con anabolizantes de la turca Aysel Ozgur, junto a otras dos compatriotas, le ha supuesto una medalla de bronce inesperada. Reinar después de morir.El gran nivel de las levantadoras españolas prometía una buena cosecha a primeros de diciembre en Chiang Mai (Thailandia), pero los resultados de las seis participantes no correspondieron a las expectativas creadas. Sólo Lourdes Gorostegui batió el récord de Europa junior en el total de la categoría de + 83 kilos, pero lejos del podio. Sólo Mónica quedó cerca. Fue cuarta en arrancada, el primer movimiento de la halterofilia, en los 76 kilos, que ganó Ozgu. Alzó 97,5. Después falló en el siguiente de dos tiempos -no pudo con los 110, pese a tener acreditados 115, quedándose en 107,5- y sólo fue novena en el total con 205 -que ganó, cómo en dos tiempos, la china Ju Hua- .Su hermano Lorenzo, en cambio, sí consiguió la única medalla, bronce en los 99 kilos, con 172,5 de récord de España.

"Acabé hecha polvo", dice Mónica, porque me quedé al borde del podio y de estar entre las ocho primeras como teníamos previsto. Incluso con nuestras marcas previas debíamos habernos metido entre las cinco mejores. Pero participó mucha más gente por el hecho de que va a ser deporte olímpico en Sydney. Y muchas asiáticas" La levantadora tiene ahora un regusto amargo. "Cuando me enteré de que habían pillado a tres turcas pensé que alguna podía ser la que ganó en mi peso y al confirmarse me llevé una alegría. Pero me da rabia no poder subir ya al podio. Es una satisfacción porque me lo he trabajado y a ella la han pillado por tramposa. En los Europeos de Sevilla también dio positivo otra. Allí, los levantadores preguntaban por un anabolizante que tiene un nombre casi igual que una marca de tabaco y cuando les mandaban a un estanco decían que no era allí, claro". En Chiang Mai, esta vez, no cayeron las chinas, que ganaron sin marcas exageradas.

La medalla es también un bálsamo para Mónica, de 20 años, que está recuperándose de una tendinitis crónica rotuliana. Tiene problemas con sus rodillas, como muchos levantadores. Hace dos años ya le operaron ambas. Espera recuperarse para el torneo de la Comunidad Europea, en marzo, y para los próximos Europeos, en mayo.

El precedente de Zúñiga

El caso de Mónica tiene un precedente cercano en la atleta Maite Zúñiga. El suyo fue aún más de carambola, pues acabó quinta de los 1.500 metros en los Mundiales de pista cubierta en Barcelona 95, pero logró el bronce al ser descalificadas la tercera y cuarta, la rusa Kremylova y la rumana Beclea. En los más recientes al aire libre de Atenas 97 terminó brillante cuarta, pero esta vez -la portuguesa Sacramento ganó ante la norteamericana Jacobs, al revés que en Barcelona- la suiza Weyermann, tercera, no se bajó del podio.

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