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Detenido cuando pretendía estafar 250.000 millones a Astilleros Españoles

Jan Martínez Ahrens

Era el intermediario de oro. Con su yate La Marquesita anclado en Miami (Florida) y sus oficinas en el rascacielos Nations Bank, en Houston (Texas), el doctor José Trinidad Márquez, por encima de las órdenes de búsqueda y captura, volaba de capital en capital ofreciendo el gran negocio. Hasta que en noviembre aterrizó en Madrid y presentó, en nombre de la Compañía de Petróleos de Venezuela, una irresistible oferta a Astilleros Españoles: la compra de 26 buques por 1.680 millones de dólares (250.000 millones de pesetas). Pero el jueves, un día antes de la firma del contrato, Márquez cayó: todo, siempre según la policía, había sido un montaje suyo.

Astilleros Españoles no había sido la primera empresa a la que había tendido sus redes el doctor Márquez. Un hombre de mil caras que, a sus 43 años y sin el bachillerato, había burlado supuestamente a compañías como Cooper Rolls, de Ohio; Icec, de Nueva York; Intel Chemical Co., de Tulsa, y Lewag, de Viena.En el caso español utilizó como tarjeta de visita documentos que le avalaban como representante de la Compañía de Petróleos de Venezuela. Entre ellos figuraba un poder notarial del presidente y del consejo de administración de la citada empresa, así como un escrito del vicepresidente que le autorizaba a solicitar un pedido de 26 buques.

Con estas credenciales entró en contacto con Astilleros Españoles. Pidió la máxima confidencialidad y, tras una serie de entrevistas, expuso el acuerdo: el 30% de la operación se abonaría a la firma del contrato y un 1% se le pagaría en' concepto de comisión (800.000 dólares con la rúbrica del acuerdo y el resto de forma aplazada). Postenormente, siempre según la policía, Márquez mostró un cheque bancario emitido por la Unión de Banques Suisses por 504 millones de dólares (75.000 millones de pesetas), tal y como le había exigido la empresa española.

Pero Astilleros Españoles, a diferencia de otras compañías, no cayó en la trampa. Durante las conversaciones, advirtió ciertos comentarios sospechosos, por lo que se puso en contacto con la Compañía de Petróleos de Venezuela, cliente suya y que recientemente le ha comprado cuatro buques. Los venezolanos no sólo negaron que hubiese operación alguna en marcha, sino que alertaron sobre el verdadero propósito de Márquez y sus antecedentes como supuesto estafador buscado por dos tribunales de Caracas.

La compañía española avisó inmediadamente a la Jefatura Superior de Policía. El caso recayó en la Sección de Delincuencia Económica. Márquez fue detenido el pasado jueves en su habitación del hotel Husa-Princesa, de Madrid. Entre sus papeles, los agentes encontraron contratos y poderes notariales supuestamente falsificados, así como 13 sellos de caucho del consejo de administración de la Compañía de Petróleos Venezolanos, de su vicepresidente y del Ministerio de Energía y Minas, así como otros dos con las antefirmas de los banqueros de la Union de Banques Suisses. Márquez, sin antecedentes en España, fue puesto a disposición judicial el viernes.

Este periódico trató ayer sin éxito de recabar la versión de la defensa del detenido.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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