Van Gaal saca el látigo el tras desastre

. La plantilla azulgrana, que se entrenó ayer, está aún mas consternada que la afición. La repetición de la historia pesa como una terrible losa. Han sido ocho puntos desperdiciados en tres partidos' todos en los minutos finales, todos en enero. Se habla en términos de enfermedad: "síndrome de Salamanca", "síndrome del Barça", "síndrome del cuarto de hora". Van Gaal reunió media hora al equipo en el vestuario y les reprochó el tercer ridículo consecutivo. Él no se culpa de nada porque dice que tenía las manos atadas.El entrenador recriminó al grupo la falta de posición y de concentración. Tras el encuentro, ya lanzó una acusación a Rivaldo, sin citarlo, por regatear tanto: "Muchos creían que estaban en el cielo y no era así". Sentado sobre el césped, el holandés mantuvo después charlas individuales con Abelardo, Iván de la Peña -fue especialmente duro con él-, Celades y Bogarde, que fallaron en tres de los goles del Valencia. Caras muy largas, gestos graves y muecas de impotencia. Escenas conocidas y por repetidas agravadas. Y lo mismo de siempre: demasiadas cosas no marchan.

El equipo no sabe lo que tiene. Ni es todo falta de concentración, ni miedo a perder, ni un problema psicológico, ni falta de diálogo. Una suma de cosas, que Luis Figo acertó ayer a resumir así: "Tendríamos que ser todos más responsables en el campo. Hasta el 3-0 jugamos bien, pero luego nos olvidamos de nuestro trabajo".

El vestuario azulgrana es un altavoz de voces múltiples. De entrada, el discurso del técnico no coincide con el del equipo. El holandés no acepta culpas, habló de que el problema empieza a ser psicológico y echó en falta a Guardiola. "Todos vamos en el mismo barco", le contestó Iván de la Peña ante los periodistas. "Lo que no puede ser es que las victorias sean para el honor de uno y las derrotas para el resto", añadió Figo. Y ninguno de los futbolistas acepta que cunda el pánico. Van Gaal ya se había mostrado partidario, en términos generales, de que los entrenadores recurran a los psicólogos si la situación lo requiere. Por si acaba alguien finalmente apareciendo en el vestuario, Hesp avisó: "No necesitamos psicólogos". Nunca salimos acomplejados", apostó Lo Pelat.

"No es una cuestión de cambiar el sistema, pero pasa algo muy raro. No es normal encajar 10 goles en tres partidos", abundó el porterololandés.

Los jugadores no esconden que el entrenador, aferrado a las notas que escribe en su libreta, les desconcierta con los relevos y con los cambios tácticos. El lunes se pasó del 3-4-3 al 4-4-2.

Por otro lado, se confirmó que Josep Guardiola estará de baja entre tres semanas y un mes. El centrocampista pidió el cambio a los 19 minutos tras sufrir una rotura fibrilar en el biceps de la pierna derecha, según confirmó la radiología a la que fue sometido. El jugador ha padecido cuatro lesiones en una temporada en la que ha permanecido más tiempo en la enfermería que sobre el césped.