La naranja dinámica
Pinto celebra San Antón arrojando 800 kilos de fruta por una pendiente
Unos 5.000 seres vivos, la mayor parte de ellos personas, participaron ayer en la procesión de San Antón celebrada en Pinto. Tras la tradicional bendición de los animales de compañía, se revivió una de la tradiciones más arraigadas de la localidad, la suelta de naranjas.
Como marca la costumbre, acabada la procesión a la ermita de San Antón, en la que participaron perros, gatos, canarios y tortugas y hasta un faisán y un halcón peregrino, representantes de la Cámara Agraria de Pinto soltaron desde una furgoneta y por una pequeña pendiente unos ochocientos kilos de naranjas.
Según el historiador local Gonzalo Arteaga, esta tradición se remonta a varios siglos, cuando los mozos, después de la romería en la que cerdos y mulas acaparaban el protagonismo, competían entre sí alardeando delante de las mozas. El reto consistía entonces en arrojar las naranjas lo más lejos posible sin romperlas. Los chiquillos, tras la competición, recogían lo frutos indemnes en un furgón y los llevaban a sus casas. Ayer esta competición fue mucho más fácil y el botín mayor.
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