Espera

"Acaban las fiestas navideñas. Año nuevo, vida nueva", reza el eslogan conocido. Los ciudadanos de Móstoles llevamos dos navidades esperando que de una vez por todas dejen de tomarnos el pelo desde las respectivas administraciones públicas. Desde mayo del 96 en que fueron instaladas las farolas del alumbrado que en la N-V prolonga desde Alcorcón (kilómetro 13) hasta el kilómetro 18 (Móstoles oeste), seguimos esperando que el Ministerio de Fomento tenga a bien pagar la deud a que tiene contraída con Iberdrola (400 millones de pesetas) para que esta "grata" empresa, que ostenta el monopolio del suministro en la zona, deje de poner la bota sobre el cuello de los de siempre. Nuestro Ministerio de Fomento de los agravios, de un Gobierno "centrado" y para todos... los de su ideología, tiene la pertinaz vocación de velar la foto del que se mueve y no le da mayoría para el gobierno de sus ayuntamientos. Las obras de la N-V, en San José de Valderas, no avanzan como debieran. En otros casos hay varios turnos de trabajo. Aquí no es importante. Llevamos 20 años con atascos. Uno más, ¡qué importa! Y estamos hablando de la ciudad número dos de todo el centro del Estado. Y así, cuando la Comunidad de Madrid acaba de inaugurar un tramo de dos kilómetros de la M-506 que circunvala Móstoles por el este en dirección a Fuenlabrada, desdoblados con retraso de años, donde han puesto pilastras para farolas pero éstas no se han instalado. Y seguimos a oscuras desde la propia N-V, cuyo enlace de salida a esta M-506 tampoco tiene alumbrado, ni se le espera ya. Enlace que desde su construcción hace siete años, ni tiene iluminación ni se limpian las cunetas. Hace dos años que en carta personal lo notifiqué al señor Ruiz-Gallardón. El gabinete de Presidencia me contestó que tomaban nota. ¿...?En la carretera de Extremadura, desde las obras en el kilómetro 12, hasta Navalcarnero, después de parchear el asfalto, nos han pintado la calzada con una tiza. Ni es reglamentario el ancho ni el diseño de desvíos y accesos. ¡Una maravilla!

Y aquí seguimos, esperando otra Navidad más, para ver si nos hemos ganado, por fin, el gesto magnánimo de quien proceda. ¡Claro que existe el sur! Son nuestros políticos los que se empeñan en ello.- .