Preocupación en Japón por la debilidad del yen
Los analistas están preocupados por la subida constante del dólar frente al yen, que alcanzó el martes los 134,30 en Singapur, su nivel más bajo desde abril de 1992, obligando al Banco de Japón a intervenir en el umbral de los 134. La divisa japonesa progresó después levemente, para cerrar a 133,66, contra 132,80 el lunes en Singapur. Ayer en Tokio el billete verde cayó a 134,38 yenes, lo que volvió a forzar la intervención del banco central. Los analistas consideran que el próximo reto del dólar es romper la barrera de los 140 yenes en los próximos días.El sostenimiento del yen, además, está costando caro al Banco de Japón: las reservas de divisas sufrieron una fuerte caída de 7.593 millones de dólares en diciembre, hasta situarse en 220.792 millones, a causa de las continuas intervenciones en apoyo de la moneda nacional. Y, aunque las reservas niponas siguen siendo las más altas del mundo, la sangría no puede seguir eternamente.
El ministro japonés de Finanzas, Hiroshi Mitsuzuka, se mostró preocupado por la "excesiva" depreciación del yen frente al dólar y adelantó una serie de medidas para controlar el mercado bursátil, igualmente inmerso en una fuerte tendencia a la baja. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio bajó ayer 60,44 puntos, el 0,4%, para situarse en 14.896,40 puntos.
Japón, perjudicado
El yen, aunque debilitado por el ciclón asiático, había seguido hasta la fecha una evolución relativamente autónoma, reaccionando fundamentalmente a factores propios de la situación japonesa. Tras subir a 79,75 yenes por un dólar en abril de 1995, la divisa nipona se negociaba a 112 yenes a principios de julio de 1997, cuando el baht tailandés fue devaluado y comenzó la tempestad monetaria en el sureste asiático. Hasta mediados de noviembre, el dólar se mantuvo por debajo de los 125 yenes.La paridad actual perjudica a Japón, pues frena las exportaciones niponas al continente asiático, una región que hasta ahora absorbía el 40% de las mismas, y afecta a los bancos. Un dólar a 150 yenes no sólo provocaría nuevas fricciones comerciales con Estados Unidos, sino que agravaría los problemas de algunos países asiáticos, cuyas exportaciones compiten con las japonesas, como Corea del Sur, subrayan los economistas en Tokio.
La situación actual, en su conjunto, es juzgada por los analistas como síntoma inequívoco de que los inversores empiezan a vender Japón, es decir, abandonar este mercado en favor de otras opciones menos arriesgadas.
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