Johnny Hallyday dice que ahora solo toma cocaína para trabajar
Recién condecorado con la Legión de Honor, el rockero francés Johnny Hallyday ha concedido una larga entrevista al diario Le Monde en la que explica desde sus actuales certezas -"sé que no puedo vivir de otra manera que cantando"- y estados de ánimo -''la felicidad no existe, sólo hay dolor y soledad''- toda una trayectoria vital con un trauma en el centro: "Mi único encuentro verdadero con mi padre fue el día de su entierro".El cantante admite sin hipocresía el papel que la droga juega en su trabajo. "Durante mucho tiempo tomaba cocaína desde el momento mismo de saltar de la cama. Ahora ya no. Sólo la tomo para trabajar, para ponerme en forma y poder aguantar. No estoy orgulloso de eso, pero es así y eso es todo. Y no soy el único que lo hace". Halliday recuerda que él es sólo un intérprete y que ha escrito la letra de una única canción: La música que yo amo. "Y en ese momento yo tenía mucha necesidad de cocaína".
Superviviente
Halliday se considera, junto con Jagger, un superviviente. "Mi amigo Jimi Hendrix murió. Brian Jones, al que conocí en una boite del Soho un día en que no sabía ni quiénes eran los otros ni quién era él, también. Yo me siento como uno de esos enfermos graves que sólo luchan por no morir".Saber quién era él a Halliday le ha ocupado media vida. "Mi padre se llamaba Léon Smet y parece que había sido actor, bailarín, equilibrista, cantante y payaso". Cuando el rockero comenzó a ganar dinero lo primero que hizo fue querer recuperar a su padre. "Se había convertido en un vagabundo. Le llevé a Cerruti y le compré tres trajes y un montón de camisas. Luego le alquilé un apartamento. Pocos días después el director de Cerruti me llamó para decirme que mi padre había intentado revenderle la ropa. Había abandonado el apartamento después de quemarlo. Y dormía de nuevo en los locales del Ejército de Salvación".
Veinte años antes ese padre había abandonado al niño Johnny -ocho meses- sobre una manta. Antes había vendido los muebles, incluida la cuna, para poder largarse con la chica de la lechería. "Esa historia me ha desorientado totalmente durante una parte de mi vida".
Hallyday se define como "católico y creyente aunque no practicante", dice apreciar a Jacques Chirac "aunque, como a todos, me ha decepcionado", y se siente satisfecho de su experiencia en Detective, el filme en el que le dirigió Jean Luc Godard: "Godard es mi preferido. También el más extraño. Decía que no quería iluminarme porque yo despedía demasiada luz. Luego rodé con Costa-Gavras y me decepcionó".
Todo eso Hallyday lo cuenta mientras espera a Robert De Niro para ir a cenar. Éste llega y le trae una caja de cigarros de parte de Harvey Keitel. El recuerda que "al principio todo el mundo decía que mi carrera iba a durar sólo un verano. Yo no quería durar, sino defender la música que me gustaba".
Babelia
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