Los números muy altos y los muy bajos reparten mucho más los beneficios

El primer premio, el 9.122, y el segundo, el 99.847, estuvieron repartidos entre muchas ciudades. El tercero, el 46.036, se centró en una: Villena (Alicante). ¿Por qué? La explicación técnico-psicológica la aportó ayer Juan Sánchez, el jefe de Loterías de Murcia: "Los números muy bajos y los muy altos tienen que distribuirse por varias provincias porque suelen gustar menos que los intermedios". Esta vez, obvio, demostraron que tenían tantas posibilidades como cuales quiera otros.1.440 millones para Hacienda. Precisamente por eso, porque los números muy bajos no suelen encandilar, Alicante -en este caso, la propia capital-, Palma de Mallorca, Gijón (Asturias), Coria del Río (Sevilla) y HuercalOvera (Almería) se quedaron sin 240 millones cada una, excepto la última, que se quedó sin 480. Hacienda, pues, ganó 1.440 de rebote. "¡Qué feo! ¡Pero qué feo!", se hartó de escuchar de sus clientes María Dolores Blanco, la titular de la administración número 3 del mencionado pueblo sevillano, según comentaba ayer, desilusionada, al ofrecerles el 9.122. Lo mismo les sucedió a sus colegas. Seis series enteras, devueltas. Todo un escarmiento.

Ni se había enterado. Siempre hay gente que ni se entera. Por ejemplo, la lotera de la administración número 1 de Roa (Burgos), Rosario Repiso García. "Estaba escuchando el sorteo por la radio, pero...", confesó. Tuvieron que ser sus convecinos agraciados los que le diesen la noticia del 9.122. "Es que como era un número suelto, no de los abonados... ", se excusaba ella en medio de su excitación.

Todo lo contrario. Quien sí se enteró rápidamente de que había distribuido 240 millones fue Ramiro García Barros, de la administración número 5 de La Coruña. Entre otras razones, porque ya es un clásico en estos menesteres. Hace once años vendió íntegramente el Gordo de Navidad: 7.800 millones. Su establecimiento, La Favorita, hace honor al nombre.

Una inocentada feliz. Fernando García andaba dándole vueltas a la cabeza. Era el 28 de diciembre y quería gastar una inocentada a sus cuatro hermanos. Él se define como poco aficionado a los juegos de azar. No consta, por otra parte, si su familia lo es o no. En cualquier caso, relataba ayer, decidió que la mejor broma era hacerles rascarse el bolsillo. Así que entró en la administración número 1 de Ceutí (Murcia), compró un décimo del 9.122 y, como hecho consumado, les obligó a que compartieran el gasto. Ahora van a compartir 24 millones. "Este dinero no nos soluciona la vida, pero es un pellizco... gracioso", apostillaba.