Desnudo y erotismo
Hay que lamentar la gran crisis del teatro, puesta al desnudo por la enorme frecuencia con que los actores no tienen presupuesto ni para ponerse un traje. Y eso incluso cuando el ir en cueros "no lo pide el guión", ni puede explicarse ya como truco publicitario por su novedad y rareza, o bien como esfuerzo progresista para acabar con ciertos tabúes, que en ese medio están hace tanto tiempo superados.Esa moda del desnudo repetido hasta el aburrimiento es objetable desde el punto de vista escénico, que no ya moral. Nos deja fríos a todos, no sólo a los artistas. Parece incluso propiciada por un moralismo antisexual que pretende hacer tan corriente el desnudo que se le quite todo contenido erótico, conforme a ciertas tendencias puritanas infiltradas en el movimiento desnudista. De seguir así, pronto oiremos el comentario asombrado: "¡El actor está vestido!".-
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