_
_
_
_
_

De Pamela Anderson a Gorbachoy

El ex dirigente soviético anuncia una cadena de pizzerías para financiar la fundación que dirige

Mijaíl Gorbachov entra en un establecimiento de Pizza Hut con su nieta Anastasia de la mano. Piden una pizza. Se sientan. Uno de los clientes reconoce a Gorbachov y comenta en voz alta: "Por su culpa nuestra economía no va bien". No están todos de acuerdo. Un cliente más joven se levanta y dice: "Gracias a él tenemos más oportunidades". Gorbachov contempla en silencio el debate. Su nieta mira, calla y come pizza. La discusión continúa hasta que una mujer mayor se pone en pie, y con cierta solemnidad, concluye: "Gracias a él tenemos cosas como Pizza Hut". Todos parecen darse cuenta de inmediato de la verdad, se ponen en pie, aplauden y le rinden tributo de una manera muy particular: levantando sus porciones de pizza.Gorbachov ya conoce de primera mano lo que es el capitalismo. El ex líder soviético, el ingeniero político que acabó con el viejo régimen comunista, es el protagonista de la nueva campaña publicitaria de Pizza Hut. El esperado anuncio se distribuyó ayer a los programas informativos de televisión, aunque la primera emisión en su formato real -publicidad- no será hasta el día 1 de enero en Estados Unidos durante la final de la Liga Universitaria de Fútbol Americano (la Rose Bowl). La compañía, con cientos de establecimientos en todo el mundo, ha cambiado las curvas voluptuosas de Pamela Anderson por la imagen serena de Mijaíl Gorbachov. La perestroika publicitaria ha acabado con los vigilantes de la playa.

"Mijaíl Sergeivich Gorbachov ha recibido en los últimos años muchas propuestas publicitarias que le pedían que hiciera un anuncio como éste", dice un comunicado de la Fundación Gorbachov, con sede en Moscú, "y las hemos ido rechazando una por una". ¿Y por qué ahora sí? Muy sencillo: dinero. Dólares, para ser exactos. Nadie sabe cuánto ha cobrado Gorbachov por rodar un anuncio en el que no tiene ni una sola línea de guión: él sólo mira y guarda silencio. Sea la cantidad que sea, no será transferida a una cuenta corriente del político, sino que irá a parar directamente a la fundación que lleva su nombre. "La fundación", dice la nota, "lo hace porque nunca ha pedido ni pedirá el apoyó económico del Gobierno".

El anuncio en cuestión arranca con un plano de Gorbachov y su nieta por la plaza Roja de Moscú de camino hacia el establecimiento de Pizza Hut. A pesar de que fue rodado íntegramente en la capital rusa, no hay planes inmediatos para su emisión en ese país. Obviamente, los responsables de la empresa no son ajenos a los efectos contrapróducentes que la campana podría provocar en Rusia; la imagen del líder de la perestroika no genera precisamente la misma simpatía que ha conseguido fuera de ese país.

Gorbachov recibió las primeras críticas antes incluso de rodar el primer plano del anunció. Alguien filtró el guión y rápidamente sus detractores detectaron que la pizza se utilizaba como un elemento que consolida la idea de que el capitalismo es mejor que el comunismo porque pone ciertos lujos (¿Pizza Hut?) al alcance de los pobres trabajadores. Tantas han sido las críticas, que Gorbachov ha tenido que enfrentarse a ellas. "Estoy ahora mismo creando una biblioteca y un archivo de la perestroika, y ese proyecto requiere fondos", asegura el político. "La perestroika empujó hacia adelante a Rusia y al mundo entero. Es muy importante que lo que ocurrió se preserve en esos dos centros", se justifica Gorbachov en una entrevista en la CNN.

Tomada la decisión de hacer publicidad, faltaba inclinarse por una de las ofertas que había sobre la mesa. "La pizza es una parte importante de la vida", dice un Gorbachov entregado inesperada mente a la gastronomía italiana, "no es sólo el hecho de consumirla, sino- que sirve para socializar. Si yo no estuviera seguro de que es algo bueno para la gente no habría hecho el anuncio".

¿Cuánto cuesta contratar a Gorbachov? Su imagen -que no su voz- puede haber obligado a Pizza Hut a firmar un cheque de un millón de dólares (150 millones de pesetas). En Rusia muchos conocen la existencia de ese anuncio que nunca verán en su televisión. "Ha empezado por la pizza", dice una mujer rusa entrevistada por las cámaras de una televisión estadounidense, "pero quién sabe si lo próximo no será un anuncio de Tampax".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_