Qué bello es vivir

21.30 / DramaEE UU, 1949. Dir.: Frank Capra. Int.: James Stewart, Donna Reed.Hay películas que conviene ver, como mínimo, una vez al año. Lo que admite opiniones, sin embargo, es la época del visionado. Pese a lo que pueda parecer, la Navidad es el peor momento para volver a ver Qué bello es vivir. El ángel interpretado de forma genial por Henry Travers desciende a la Tierra para iluminar al bueno de James Stewart. La intervención divina evitará el fatal suicidio. Una historia absurda donde las haya se convierte por obra y gracia del director en una sorprendente fábula capaz de dejar en ridículo cualquier atisbo de sarcasmo. La ironía se convierte de repente en la más patética de las actitudes. Capra se sirve así del relato corto de Philip Van Doren Stern desnudar al optimismo. Como si para se tratase de una feroz ironía de la ironía, los buenos sentimientos se descubren blindados ante la enfermedad del escepticismo. En tiempos de nochebuenas y mejores sentimientos, insistir se antoja estéril. Una propuesta: grabarla y verla, a modo de antídoto, en plena cuesta de enero.