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Tribuna
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Hubo compostura hasta el penalti

Equilibrio perfecto. El Atlético empezó presionando con fuerza obligando al Barcelona a jugar hacia atrás. Consiguió que Guardiola no jugara con holgura y Giovanni y Luis Enrique no recibieran entre líneas. Mantuvo un equilibrio perfecto. Anuló las fuentes de creación y no sufrió ningún agobio durante la primera mitad.Prudencia. A raíz del gol el Atlético fue más prudente. Cedió espacio y arropó más a Molina sin olvidarse de salir con rapidez. La presencia de Pantic para superar la línea del centro del campo del Barcelona y contactar con Kiko y Bogdanovic fue muy importante para buscar las contras. La movilidad del ariete atlético trajo en jaque a la defensa blaugrana, aunque le faltó continuidad.

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Los retoques tras el descanso, fundamentales

Ingenuidad. El partido adquirió vida en la segunda parte. El Atlético la comenzó buscando el segundo gol, pero acabó recibiendo el empate. Dejó que Celades diera un pase sin ninguna oposición y a Giovanni varios metros de ventaja. La inspiración de Luis Enrique acabó con todo lo bueno que el Atlético había hecho en los primeros 45 minutos. Santi dejó a su equipo en dificultades al cometer una ingenuidad.

A la desesperada. Aún con 10 el Atlético no se conformó con el empate. Conservó la compostura hasta la polémica del penalti. Aguilera no perdía oportunidad para incorporarse, Kiko apareció con más asiduidad e incluso Pantic se fue de área a área en busca del gol. Antic dio entrada a José Mari intentando aprovechar su velocidad en la banda derecha, ya a la desesperada.

Decisivo. El Atlético se acabó al encajar el tercer gol. Así lo entendió el propio Antic al no sacar al ya preparado Vieri, que se encontraba vestido a la espera de entrar en cancha. Puede entenderse como una decisión polémica, pero no lo es tanto: Antic tenía claro que el partido se había puesto imposible. La alteración que sufrió su defensa dejó expedito el camino del Barcelona hacia la portería. Una vez más, el árbitro se ha vuelto decisivo en un partido de tanta trascendencia. Su voluntad siempre estuvo en contra del Atlético. La polémica está servida.

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