Cinco embalses abren sus compuertas ante la crecida de los ríos por el temporal de lluvia
La lluvia y el viento desencadenaron el caos en la madrugada del jueves en Madrid. El temporal de agua fundió la nieve que cayó el martes y convirtió los arroyos en torrentes. Los embalses de la región se llenaron y cinco pantanos tuvieron que abrir sus compuertas para soltar agua. Ante la posibilidad de que el desbordamiento de los ríos afectase a las viviendas situadas en las orillas, 600 agentes de la Guardia Civil se mantuvieron alerta durante toda a noche. Por la mañana, el viento tomó el relevo a la lluvia y provocó el retraso de 20 vuelos en el aeropuerto de Barajas.
Fue una noche dura para la Guardia Civil. A las tres de la madrugada, los embalses empezaron a abrir sus compuertas, los ríos Guadarrama y Jarama registraron crecidas históricas y 12 carreteras sufrían inundaciones. El antecedente de la catástrofe de Badajoz puso en alerta a todos los efectivos de la 112 Comandancia. Se creó un puesto de mando y desde su primer jefe, el teniente coronel Juan Ramos, hasta el último agente de puesto de la región se movilizaron inmediatamente.En plena noche de tormenta, los permisos fueron retirados y los guardias salieron a las carreteras inundadas a ayudar a los automovilistas. Otros fueron enviados a las orillas de los ríos a comprobar los niveles de las crecidas. El peligro procedía de que el aumento de caudal pudiese provocar un desbordamiento que se llevase por delante las miles de viviendas que se asientan ilegalmente en las orillas. Finalmente, no hubo tragedia. Y, ya entrada la mañana, los agentes regresaron a sus cuarteles y los embalses siguieron soltando agua.
Las presas de El Atazar, Santillana, El Vado [que aunque está en Guadalajara abastece a la Comunidad de Madrid], El Pardo y el de Picadas, cinco de los 14 con mayor capacidad de almacenamiento de la región, mantuvieron durante el día sus compuertas abiertas.
Agua desbordada
Uno de ellos, El Pardo, seguía en la tarde de ayer por encima de su capacidad y el agua se desbordaba por el aliviadero. Los ríos Lozoya, Manzanares, Jarama, Guadarrama, Alberche y Aulencia bajaban fuera de sus cauces.En Colmenar Viejo, dos ganaderos que fueron a ver sus reses en el campo, se quedaron atrapados dentro de un vehículo todoterreno cuando intentaron cruzar un arroyo. "El agua les llegaba hasta la ventanilla del jeep y tuvieron que salir a nado hasta la orilla", explicó el alcalde de la localidad, José María de Federico, del PP. Otro vecino de la localidad, un chatarrero que conducía hacia su lonja también tuvo que abandonar su vehículo en mitad de otro arroyo que bajaba desbordado.
Protección Civil desalojó en la madrugada de ayer a dos familias de Serracines, una pedanía de, Fresno del Torote. Los ocho miembros de esas dos famillas vivían en casas bajas a apenas unos metros del enloquecido arroyo del Torote, que desemboca en el Henares.
Al mismo tiempo, los sótanos de 25 chalés de la localidad de Fuente el Saz se inundaron ayer "hasta una altura máxima de dos metros", según explicó el alcalde de la localidad, Gustavo Martín, del PP "El agua baja desbocada de la parte más alta de la montaña y cruza por una urbanización y por mitad de la vía pecuaria. Es la tercera inundación que sufrimos en lo que va de invierno", concluyó.
Y tras la lluvia, llegó el viento que en el aeropuerto de Barajas obligó a cambiar la orientación de los aterrizajes y despegues, lo que supuso el retraso de 20 vuelos.
Asimismo, el temporal dejó sin electricidad a cientos de clientes de Iberdrola en Majadahonda, Las Rozas, Galapagar, Moralzarzal, Villanueva del Pardillo y Becerril de la Sierra. "La mayoría de los clientes sólo perdieron la corriente de las 19.30 horas hasta las 12.30. La avería se debe a que se han inundado varios centros de transformación eléctrica", explicó un portavoz de Iberdrola.
