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Entrevista:

"La plaga de Madrid es la proliferación de sucursales bancarias"

"Cuando los madrileños fueron a quitar los sacos terreros que protegían La Cibeles durante la Guerra Civil no encontraron más que el estremecedor vacío de un túnel excavado. Más embarazoso fue que al proceder desolados con la más lejana de Neptuno, bajo los sacos hallaron, enlazadas en pétreo abrazo de miedo o de pasión, a ambas estatuas". Esta improbada noticia que acaso sólo ha sucedido en la imaginación de Jaime Alejandre es defendida con ardor por el escritor pese a que todas la evidencias la desmienten. También se tienen serias dudas sobre algunos datos de su currículo, que sitúan su nacimiento en una excavación arqueológica en Muftarak, mientras su madre descubría el famoso busto de Adriano Ciego, le hacen vestir el uniforme de capitán de Húsares o le ligan en fraternal amistad con el gran Corto Maltés. Todo parece indicar que Alejandre nació en Las Huelgas (Burgos), en 1963, vivió en Madrid desde los dos años, escribe a deshoras y trabaja en foros de desarme de las Naciones Unidas En la actualidad, es miembro de la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas y acaba de publicar su particular Manual de historia prescindible, un libro de cuentos, fábulas y poesías que explica y formula muchos enigmas de todos los tiempos y geografías.Pregunta. ¿Es imprescindible su libro?

Respuesta. Es interactivo. He jugado a escribir un libro que motive al lector para que cuando cuento la historia de Agamenón vaya a la enciclopedia a compararla con la real. Invento etimologías creíbles de las palabras, como la de la amante religiosa.

P. ¿De no ser todo lo que dice ser, qué le hubiera gustado ser?

R. Una de mis frustraciones es no saber escribir tangos, pero no lo he conseguido porque tienen un lenguaje que exige ser porteño.

P. ¿Es Madrid un buen tema para imaginar?

R. Madrid sale mucho en mi poesía. Madrid tiene falta de humanidad, parece que siempre te quejas de Madrid y los madrileños, pero yo, que recorro mucho mundo, siempre tengo necesidad de regresar y la idea de volver siempre es reconfortante, aunque luego esa sensación dure poco. Para mí Madrid es el regreso, es el refugio, porque nadie es de aquí pero enseguida te conviertes en parte.

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P. ¿De qué se acuerda cuando está lejos?

R. De la calle de Covarrubias, con sol, un domingo por la mañana cuando iba a mis primeras tertulias. Todos los referentes que tengo son de Madrid. Por eso es muy triste para mí ver desaparecer lugares como El Avión, el pub donde iba hace años, o la tienda de la esquina. La peor lacra de la ciudad es la proliferación de sucursales bancarias.

Manual de historia prescindible. Huerga y Fierro, editores. Precio: 1.500 pesetas.

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