El botín, a salvo
Los peritos han demostrado que una mentira aunque se repita mil veces no se convierte en verdad. Roldán no devolvió ni un duro de los 1.700 millones de pesetas que ocultaba a su nombre y al de su esposa en una cuenta de un banco de Ginebra. Durante dos años, José María Ángel, ex secretario del ex ministro del Interior Antonio Asunción, soportó en silencio el periplo de José Luis Rodríguez y de Engenio Rubio, abogados del procesado, por emisoras de radio, cadenas de televisión y un diario a los que aseguraban que su cliente había devuelto a Ángel la citada cantidad en el aparcamiento de un hotel madrileño.Un informe de Conrado Pérez y María Luisa López, peritos de Hacienda, ha dejado en evidencia a los letrados y al procesado. Los 1.700 millones se trasladaron desde Ginebra al Aresbank de Madrid y de ahí más de 900 se enviaron al Oversea Unión Bank de Singapur. Y se depositaron en una cuenta de Jean Paul y Monique Goerens, abogados de Francisco Paesa. Los fiscales han pedido a la Sala que se inicien diligencias contra este último. Paesa eludió comparecer en el juicio alegando que se hallaba "al borde del suicidio".
El gran enigma sin resolver del juicio han sido el centenar de cheques de Siemens, por 1.200 millones de pesetas, que Esparza ingresó en las cuentas suizas de varios de los procesados. Las investigaciones que se siguen en un juzgado madrileño por las presuntas comisiones del AVE podrían dar luz a este oscuro asunto. Los peritos y la fiscalía creen que fue un cambiazo de dinero en métálico, procedente de comisiones ilegales de obras del clan Roldán, por talones canjeados a los auténticos comisionistas del AVE, cuyo concurso obtuvo Siemens.
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