Rabat 'castiga' a España por la audiencia de Exteriores al líder del Frente Polisario
Marruecos puede intentar poner fin al conflicto del Sáhara negociando directamente en septiembre con el Frente Polisario en Houston (EE UU), pero cuando el Gobierno español mantiene algún contacto con el movimiento independendista saharaui, Rabat toma represalias contra España. Desde que el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, recibió el 25 de noviembre al secretario general del Polisario, Mohamed Abdelaziz, las autoridades marroquíes han dado rienda libre a su malhumor, según indican fuentes diplomáticas.La diplomacia española pensó que el acuerdo alcanzado entre Rabat y el Polisario para la celebración, en diciembre de 1998, de un referéndum en el Sáhara le permitía, a diferencia de ocasiones anteriores, organizar una cita con Abdelaziz a su paso por Madrid sin herir la susceptibilidad del país vecino. Matutes le recibió, y nada más concluir el encuentro, el embajador de Marruecos, Alí Ben Benbouchta, ya pedía cita con el director general de África, Manuel Alabart, para protestar. Paralelamente, André Azulay, el más destacado de los consejeros de Hassan II, declinaba una invitación para participar en la Universidad de Alcalá de Henares en un encuentro interreligioso.
El propio embajador Benbouchta renunció a continuación a desplazarse, el 27 de noviembre, a Valencia para representar a Marruecos en la inauguración del Centro Euromediterráneo de Cooperación Empresarial, en la que sí estuvieron presentes los demás jefes de misión árabes en Madrid.
El ministro marroquí de Justicia, Omar Azziman, hizo, por último, un feo al Comité Averroes, un foro que congrega a importantes representantes de la sociedad civil española y marroquí. En contra de lo previsto, Azziman no participó en la reunión de este comité que concluyó el viernes en Tánger. "A pesar de nuestros esfuerzos, la relación con Marruecos vuelve a pasar por turbulencias similares a las de hace dos años", comentó un diplomático refiriéndose a la tensión que en el verano de 1995 surgió entre Madrid y Rabat a propósito de la causa judicial, en la que se vio envuelto Jalifa el Bay, cónsul marroquí en Málaga. En septiembre de 1995, las autoridades marroquíes decidieron cerrar su consulado en esa ciudad.
Los esfuerzos a los que aluden los diplomáticos españoles son el perfil bajo qué el Gobierno español dio en septiembre a la celebración del V Centenario de Melilla. El Ejecutivo se hizo eco de los deseos marroquíes y el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos, que barajó visitar la ciudad con ese motivo, renunció a ello.
Fuentes diplomáticas marroquíes reconocen su malestar por el trato dado a Abdelaziz, pero desmienten que estén castigando a España desde entonces. La ausencia de representación marroquí en el diálogo interreligioso de Alcalá de Henares, añaden, es achacable a su boicoteo a los encuentros de este tipo mientras esté bloqueado el proceso de paz entre palestinos e israelíes. Recalcan, Además, que el jueves pasado el ministro marroquí de Finanzas, Driss Jettou, firmó varios acuerdos con el vicepresidente español Rodrigo Rato.
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