Las monedas asiáticas caen de nuevo, mientras las bolsas se dan un respiro
La crisis asiática continúa causando estragos, pero los grandes mercados de valores trataron ayer de llevar un mensaje de tranquilidad a los inversores y frenaron los recortes. El punto de mira continúa centrado en Corea del Sur, en donde el temor a nuevas quiebras provocó otra caída de la Bolsa, tras el descalabro de su divisa, el won. La moneda tailandesa, el baht, sufrió una depreciación del 3% frente al dólar, lo que obligó a una intervención de la autoridad monetaria, igual que en Corea.
La Bolsa de Tokio bajó en la última sesión de la semana un 0,91% y perdió el nivel de los 16.000 puntos, en medio del escepticismo de los inversores, a los que ni siquiera animó la posibilidad de que el próximo día 16 se apruebe la emisión de 10 billones de yenes (11,5 billones de pesetas), para estabilizar el sistema financiero.La tranquilidad con que se están tomando las autoridades japonesas las posibles soluciones a un problema creciente choca con el dramatismo con que Corea del Sur reclama las ayudas del FMI, al tiempo que en Occidente extraña que la emisión de bonos tenga como garantía las acciones de dos grandes compañías, la telefónica NTT y Japan Tobacco.
La necesidad de ofrecer una prenda, algo material a cambio del dinero, indica cierta desconfianza ante el sistema financiero, aunque tal y como están las cosas en Japón parece normal. Ayer mismo, la empresa Mitsubishi Electric, filial del grupo del mismo nombre, hizo frente al descenso de sus beneficios abonando a sus trabajadores una parte de la paga en especie.
La inestabilidad de la economía japonesa es un hecho y los bancos comerciales no han tenido más remedio que trasladar a sus clientes los costes que los mercados internacionales les están imponiendo. Las entidades de crédito pagan, desde hace algunos días, una prima especial por el dinero que reciben en los mercados internacionales. Los créditos para las empresas son desde ahora medio punto más caros en Japón para plazos inferiores a un año.
El mercado de divisas del sureste asiático volvió a ofrecer un panorama negativo, arrastrado por el derrumbre del won coreano. Sólo la intervención del Banco Central de Corea evitó un nuevo desastre, pero todas las monedas de la zona sufrieron las consecuencias de la creciente demanda de divisas sólidas por parte de los ciudadanos y las empresas.
La moneda tailandesa, el baht, cayó a 44,75 por dólar, con una depreciación del 3%, lo que obligó también al banco central a intervenir.
En Europa, sin embargo, la jornada fue de recuperación, tanto para las divisas como para las bolsas. La Bolsa de Madrid subió un 0,76%, muy por encima del 0,18% que ganaba Londres o del 0,06% de París, aunque fue superada por el avance del 1,13% de Francfort. La Bolsa de Nueva York, que abrió con una subida de 55 puntos en el índice Dow Jones, perdía 10,69 puntos al cierre (un 0,14%) en una sesión de vaivenes y desconcierto.
La revision que el Instituto de Finanzas (IFO) ha hecho de las previsiones para la economía alemana el año próximo no parece haber afectado a los inversores. La previsión de crecimiento se rebaja dos décimas, hasta el 2,6%; la inflación se estima en el 2,2%, frente al 1,9% esperado en principio, y se auguran 30.000 parados más.
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