'Las tres gracias'

Unos días antes de que se abriera al público la exposición El triunfo de Venus, en el Museo Thyssen, ya sonaban ensordecedoramente las panderetas de la cultura, ese ruido exagerado que suena más a intereses que a música merecida. A pesar de los veinte y pico cuadros de Guardi, y los no sé cuántos de Longhi, Tiepolo, Ricci y demás, la baza de la exposición es el grupo escultórico Las tres gracias, de Cánova, reseñado con mayúsculas en todos los medios de comunicación, cosa que no me parece ni bien ni mal.Cualquier persona que visite el museo y se dé una vuelta alrededor de la escultura se dará cuenta de que está espantosamente iluminada, perdida en sombras que se proyectan concéntricamente.

Ignoro si es labor de la crítica especializada juzgar deficiencias en los montajes de las exposiciones -en todo caso, no me parece una desfachatez objetarlos-, pero lo que me parece inconcebible es que entre tanta nota erudita nadie haya dicho que si la ocasión de ver el grupo escultórico en nuestro país es una oportunidad única, iluminarla correctamente, también.-