"No convoco a Urdangarín porque sea duque"
"Cambiar el esmoquin por el traje de pana". Es la terapia de Juan de Dios Román para el balonmano español, "un gigante con los pies de barro". Tras afirmar que las medallas logradas en el último Europeo y en Atlanta "fueron un milagro", el seleccionador aboga por el máximo aprovechamiento del efecto Urdangarín -"es una joya para el balonmano"- y asegura que la presencia en la selección de los rebeldes Masip y Garralda "sería perjudicial para el equipo", que acaba de clasificarse con apuros para el próximo Campeonato de Europa.Pregunta. La situación de Iñaki Urdangarín resulta contradictoria. Usted le reafirma como titular indiscutible mientras, en el Barcelona, Valero Ribera cuenta con él menos que antes.
Respuesta. Yo no convoco a Iñaki porque sea el duque de Mallorca sino por su indiscutible calidad y entrega absoluta a la selección. Aparte de eso, Urdangarín es una joya que no se debe dilapidar. Crea un ambiente muy positivo; el público llena las canchas y también aumentan las audiencias en televisión. Con todos mis respetos hacia Valero Ribera, no puedo compartir su actitud.
P. Otros dos laterales del Barcelona, Masip y Garralda, se niegan a acudir a la selección y le critican a usted.
R. Quiero matizar eso. A pesar de que le aconsejé lo contrario, Masip anunció justo antes de ir al Mundial de Japón que ése iba a ser su último compromiso con la selección, aduciendo cansancio y motivos familiares; le propuse limitar al máximo su presencia en la selección hasta los Juegos de Sydney, pero no aceptó. Garralda me criticó públicamente después de que yo no le convocase para los partidos contra Alemania; y Masip se solidarizó con él entonces. No convoqué a Garralda porque su convivencia con los demás jugadores era cada vez más difícil. Para mí, es un asunto superado porque no puedo arreglarlo, a pesar de mis reiterados intentos; los problemas de ambos ya no son con el seleccionador, sino con sus propios compañeros. Además, debo un respeto al colectivo que ha logrado clasificarse para el próximo Europeo [Italia, mayo de 1998].
P. Pero con muchos más apuros de lo previsto.
R. En Europa, las diferencias son pequeñas. Si no estamos en forma, cualquiera puede ganarnos. Es significativo que perdiéramos en Eslovaquia y Noruega sin apenas tiempo para entrenarnos; por el contrario, ganamos a ambos en España después de varios entrenamientos. El ambiente estaba enrarecido antes del partido decisivo contra Noruega en Melilla, pero fuimos capaces de hacer un gran esfuerzo de concentración.
P. Si se refiere al expediente abierto a Aitor Etxaburu por no acudir a su convocatoria, da la sensación de que él es el justo que paga por los pecadores Masip y Garralda.
R. Son casos muy distintos; insisto en que yo no he convocado a Masip y Garralda. Estoy seguro de que Aitor ha sido muy presionado por su club [el Bidasoa], que atraviesa una seria crisis deportiva. Pero los reglamentos sancionan a las personas. Si el Comité de Competición pide mi opinión, ofreceré varios atenuantes. Etxaburu, que tiene 32 años, ha adoptado siempre una actitud ejemplar con la selección.
P. Parece que los jugadores están cansados.
R. Esa es una situación curiosa porque, por primera vez en tres años, han podido descansar en verano. Sin embargo, la necesidad de jugar partidos de la Liga Asobal y de las competiciones europeas entre semana les produce sobrecarga. Por otro lado, Duishebáiev es un jugador genial y se entrega por completo, pero no está fino porque tiene problemas de adaptación a la dureza de la Bundesliga. Me pregunto cómo llegaremos a mayo.
P. Esas apreturas de calendario se producen, en parte, por la implantación de los play off para decidir la Liga. Asobal considera que es la única forma de que el Barça no sea campeón virtual tras la primera vuelta.
R. En este asunto le doy la razón al Barcelona. Pretender que la Liga se decida en 10 días, que además coinciden con la fase decisiva de la Copa de Europa, es un atentado contra la lógica deportiva y una falta de respeto al mérito del mejor equipo del mundo. El Barça puede ganar todos los partidos de la liga regular y no ganar la Liga.
P. Pero habrá que darle emoción a la Liga de alguna forma.
R. No tengo una solución mágica. Se puede estudiar la obligación de que haya un número de jugadores júnior en cada equipo. Veo casos en los que se lesiona una estrella extranjera y el club, en lugar de promover su cantera, ficha a un extranjero desconocido de tercera fila; eso es absurdo. Otra solución teórica sería limitar el salario mínimo de los jugadores, como en la NBA, pero nos encontramos con la escasa potencia económica de muchos clubes. Decimos que la Liga Asobal es la segunda mejor del mundo, pero no matizamos que no hay más ligas realmente profesionales. En resumen, debemos ponernos el traje de pana, y no el esmoquin.
P. Pero, según los resultados, España es una gran potencia.
R. Teniendo en cuenta que en España apenas hay jugadores de dos metros y cien kilos, las medallas son un milagro. Esa fragilidad se compensa con imaginación, habilidad, arrojo y pasión, las virtudes clásicas del carácter latino. Con un par de cañoneros, capaces de lanzar obuses desde larga distancia, lograríamos que nuestros rivales abrieran la defensa para frenarlos, dejan o huecos para nuestros pivotes. Pero no los tenemos; por eso, nuestro esquema tiene que basarse en una defensa casi perfecta, contraataques fulgurantes y ataques elaborados. Nuestros jugadores son técnicamente excelentes pero su fragilidad física es manifiesta si se compara con los armarios de otros países.
P. ¿Puede haber otro milagro en el Europeo de Italia?
R. Debemos ser muy conscientes de lo que nos vamos a encontrar. En nuestro grupo destacan Rusia, actual campeona de Europa, y Croacia, campeona olímpica, además de Hungría, un equipo fortísimo; y sólo se clasifican dos. Desde 1996 he llamado a 16 jugadores nuevos. Con ellos hemos logrado dos medallas, pero la prensa sigue prestando más importancia a las noticias negativas. Lucharemos por la tercera, con la esperanza de que esa actitud cambie.
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