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"EE UU contra Ramón Aldasoro"

El etarra intentaba reinventar su biografía como vendedor de automóviles en Miami

Ramón Aldasoro Mangunacelaya, de 47 años, tiene una nueva cita con la justicia de Estados Unidos el próximo 12 de enero. Hasta entonces, este etarra, que intentaba rehacer su vida como vendedor de coches Toyota en Miami, permanecerá en la prisión central de la principal ciudad de Florida. España debe presentar antes de 45 días los documentos que sustentan su solicitud de extradición."Estados Unidos de América contra Ramón Aldasoro" (United States of America versus Ramón Aldasoro). Así fue presentada el martes en el Tribunal Federal del Sur de Florida presidido por el juez Ted Bandstra la detención, el día anterior, en Miami del ex electricista de Ochandiano que, según la Audiencia Nacional, se transformó en los años ochenta en pistolero de ETA.

El creciente acoso de que son objeto los etarras en México y otros países de América Latina había hecho pensar a los responsables de la lucha antiterrorista en la posibilidad de que algunos intentarán refugiarse en Estados Unidos, donde ciudades como Miami, Los Ángeles o Nueva York cuentan con amplias comunidades hispanas, según fuentes diplomáticas españolas.

Procedente de México, donde llegó en 1993, Aldasoro llevaba "casi dos años en Miami, intentando hacerse una nueva vida", según Anne Figueiras, portavoz del FBI. Usaba la falsa identidad de Gaspar Aspe y vivía en el barrio de clase media de Kendall, en concreto en la urbanización Encore del número 9117 de la calle 147, en el suroeste de Miami.

Los vecinos afirman que la vivienda, vacía desde la detención del etarra, estaba habitada desde hacía una década por "un grupo de españoles". "Es terrible cómo puedes conocer la cara de tus vecinos, pero nunca llegas a conocer su alma", declaró uno de ellos a El Nuevo Herald, el diario en castellano de Miami.

El etarra trabajaba desde hace casi un año a unos 40 kilómetros de distancia, en una tienda de venta de coches de la zona sur de Miami Beach. Su encargado, el hispano Víctor Farinas, afirma que desconocía la doble identidad de su empleado. "Era un buen vendedor", dice. "Hace unos días me comentó que tendría que irse pronto a España a visitar a unos familiares".

Aldasoro disponía en EE UU, según declaró bajo juramento al juez Bandstra, de unos 5.000 dólares en metálico y un coche Buick Park Avenue del año 1985. Como el juez consideró que no tenía recursos suficientes para pagarse un abogado, le adjudicó uno de oficio.

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El Gobierno español, que sospechaba de su presencia en Estados Unidos desde hacía tiempo, solicitó su captura hace unos días. Ésta se produjo a las 22.30 del lunes (seis horas más en España), y fue llevada a cabo por agentes de la Joint Terrorism Task Force (JTTF), dirigidos por el jefe del FBI en Miami, Paul R. Philip. Aldasoro fue sorprenido mientras paseaba por Ocean Drive.

Esta detención, la segunda de un etarra en suelo norteamericano, se produce meses después de que el departamento de Estado incluyera a ETA en su lista anual de organizaciones terroristas internacionales.

La diplomacia española resalta el empleo por el FBI de la expresión 'terrorista", que contrasta con los caficativos de "rebeles", "separatistas" "guerrilleros" usados hasta ahora en Estados Unidos al referirse a los miembros de ETA.

El juez Bandstra ordenó el martes el ingreso incondicional de Aldasoro en la prisión de Miami, la misma en la que lleva meses el empresario gallego Javier Ferreiro, acusado de violar el embargo norteamericano a Cuba.

El FBI informó al magistrado que el caso "EE UU contra Ramón Aldasoro" se había originado a petición de las autoridades españolas, que se aprestan a presentar una demanda de extradición en virtud del covenio firmado por EE UU y España en mayo de 1970, para lo cual disponen de 45 días.

Aldasoro es el segundo etarra detenido en EE UU, después de Miguel Ángel Uriagereka Ozanitz, de 27 años, detenido en agosto de 1981 en San Anselmo con una pistola. Uriagereka, reclamado por presunta relación con el comando que en 1979 asesinó a César Pinilla, jefe de la Policía Municipal de Munguía (Vizcaya), se ahorcó con su cinturón cuando era trasladado por la policía al aeropuerto de San Francisco para ser deportado a España.

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