Carabanchel se gasta 300 millones en adaptar al peatón sus ejes comerciales

Ganar la calle para el peatón y los comerciantes. El proyecto de la Junta de Distrito de Carabanchel para el próximo año quiere recuperar con 300 millones de pesetas unos cuatro kilómetros de ejes comerciales. Se han elegido el Camino Viejo de Leganés y las calles de la Oca y Antonio López. Las mejoras consistirán en agrandar las aceras para que los vecinos puedan pasear por ellas y que las tiendas atraigan mayor número de clientes. Las obras también llegarán a la avenida del General Ricardos, donde se retocarán las esquinas para impedir el estacionamiento de coches. Las vallas también se modernizarán.El invento parece funcionar para que los negocios vuelvan a recuperar sus ventas. Así al menos lo explican los comerciantes de la calle de la Laguna, la última de estas características que ha sufrido los rigores de la piqueta y de las excavadoras. En el Camino Viejo de Leganés se iniciarán las obras después de las fiestas de Navidad. Para final de 1998 se prevé que todas hayan terminado. Se aprovechará sobre todo el verano y la ausencia de la mayoría de los vecinos para acelerar los trabajos.

Unos doscientos comercios de la calle de la Laguna han visto cómo las aceras de un metro de anchura se ampliaban hasta unos tres metros. Los coches han perdido una de las dos filas de las que gozaban hasta entonces. "Ahora la gente vuelve a pasear por la calle y a ver los escaparates. Para el comercio ha sido muy importante", explica Julio García, el presidente de la Asociación de Comerciantes de la Laguna, que agrupa a un centenar de comercios.

Las obras han durado tres meses y han costado 45 millones de pesetas. En las aceras se han instalado 238 bolardos de hierro que impiden el aparcamiento a los coches y 15 puntos de luz nuevos. La naturaleza ha ganado terreno con la plantación de 80 árboles.

Los vecinos comentan que también están de acuerdo con el resultado Final: "Ahora puedes pararte a hablar sin que te pidan paso cada dos por tres".

La peor parte, para los coches. Las aceras han ganado espacio en las esquinas de tal modo que los vehículos no pueden estacionar en ellas ni parar la circulación. Se han construido cinco zonas de carga y descarga para abastecer a los comercios, sin que se formen segundas filas.