_
_
_
_
GENTE

MULTINACIONAL FAMILIA

Los Murillo, una familia mitad colombiana y mitad venezolana, requiere, para algunos de sus miembros, visado para poder ir al baño, pues una parte de su casa queda en un país y la otra parte en el otro. Según revelaba el domingo el diario El Tiempo de Bogotá, la vivienda de los Murillo está ubicada en una de sus mitades en la localidad de Tres Bocas, en el fronterizo municipio petrolero de Tibú, en el departamento de Norte de Santander (noreste de Colombia), y la otra parte en el Estado venezolano de Zulia. La historia de esta singular casa binacional se remonta a 1954, cuando Pedro Murillo y su esposa, Emilia, hoy de 59 años, decidieron irse a vivir a la frontera para aprovechar la fortaleza del bolívar (moneda venezolana) y las mejores condiciones económicas en la zona limítrofe. "Vimos la orilla del río y, decidimos construir nuestra casita allí; luego nos dimos cuenta de que la mitad nos había quedado en Colombia y la otra mitad en Venezuela", frente a un mojón, declaró Emilia al periódico. La cocina, el baño y el lavadero quedaron del lado venezolano, y las alcobas, el comedor y una pequeña tienda, del lado colombiano. Además, el agua que consumen los Murillo la toman del Colombia, pero la usan en Venezuela. El matutino señala que la hora es tal vez el asunto que más se presta a confusión en la familia: un paso, y es una hora más o una hora menos, según se encuentren, dentro de su vivienda, en uno u otro país. La familia la integran Pedro y Emilia y sus hijos Eusebio y Freddy, de nacionalidad colombiana, y Gustavo, María Helena, Carmen, Pedro y Claudia, que son venezolanos .-

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_