"Los mejores ambientes de Madrid son los más canallas"

Un librito de poco más de 80 páginas, Báilame el agua, le ha revelado como uno de los escritores urbanos más audaces y despiadados de la capital. Se llama Daniel Valdés, tiene sólo 21 años y compagina sus estudios en la Facultad de Ciencias Empresariales con una pasión Casi volcánica por la literatura. Su primera novela, ganadora del premio promovido por la Universidad Politécnica, es un aluvión de historias y reflexiones en el filo de la navaja, de yonquis desesperados, polvos urgentes, punkis adictos al Barrio Sésamo, maricones melodramáticos y cantantes de jazz con acento gallego en tugurios inverosímiles. "Es un libro escrito con las tripas, como un animal. Las novelas demasiado elaboradas no resultan creíbles", apunta Valdés, que se proclama deudor de Bukowski, Burroughs, T. S. Elliot y Pablo Neruda.Pregunta. A juzgar por la crudeza de su estilo, le habrán acusado de llevar mala vida.

Respuesta. Mis padres están aterrorizados, sí, pero fumo y bebo lo justo y no soy adicto a la heroína, se lo aseguro. En absoluto he pretendido ser realista, porque no creo que la droga permita esa lucidez del "estoy con un mono acojonante" de la que alardean mis personajes.

P. ¿Por qué ha optado entonces por una Visión tan sórdida de la ciudad?

R. Porque los ambientes más atractivos de Madrid son los más canallas. La Castellana o Arturo Soria no tienen ningún encanto, a diferencia de Hortaleza o Gran Vía. De la misma forma, prefiero un yonqui o una puta a un contable: me quedo con los arrastrados antes que caer en el costumbrismo absurdo.

P. Báilame el agua arranca en la estación de Bilbao. ¿Es su favorita?

R. Para nada. En realidad, odio el metro. Me espanta, por incómodo y por opresivo. Es un lugar en el que todo el mundo pone cara de malestar general.

P. Permítame por un momento . interrogarle como lo haría su propia fauna. Eso de leer poesía es una ñoñería...

R. Hombre, si lees a san Juan de la Cruz, sí; pero Residencia en la tierra tiene más caña que cualquier menda de éstos.

P. Mucho escritor marginal, pero luego resulta que es un pijito de económicas.

R. Ya, pero la Universidad está hecha un asco. Tomarse unas copas en Chueca puede ser mucho más didáctico que asistir a una clase en la que todo el mundo va a su rollo.

P. ¿Su novela es una crónica generacional?

R. No, no. Yo es que no creo en esas cosas. Intentar que lo que escribas refleje el pensamiento de todo el mundo de tu edad me parece excesivo. La novelita sólo se propone plasmar la desorientación de sus personajes.

P. Defina Madrid en pocas palabras.

R. Llegué aquí con 12 años y siempre pensé que es una ciudad para echarse a perder.