Un banquete de boda termina con seis muertos en un café de Moscú
La fiesta de boda que se celebraba en un café del barrio moscovita de Orejovo-Borisovo acabó la madrugada del domingo en una matanza. Demasiada sangre caliente y, probablemente, también demasiado vodka.Poco antes de la medianoche del sábado, un individuo de 48 años, desempleado por más señas, entró en el café con la intención de comprar vino. En circunstancias que todavía no se conocen en detalle, fue apaleado por algunos de los participantes en el festejo.
La víctima de la palíza no tenía trabajo, pero sí amigos que decidieron tomarse cumplida venganza. A la una de la madrugada, tres de ellos (un oficial de las fuerzas del Ministerio del Interior de 24 años, un camarero de 23 y un tercer hombre aún sin identificar) entraron en el establecimiento para tomarse la justicia por su mano.No se sabe muy bien lo que pasó allí, pero sí el resultado: cuatro cadáveres abandonados en la orilla de un estanque cercano (entre ellos, los de dos de los' amigos del parado apaleado) y un herido grave, que fue hospitalizado. La policía tenía un testigo y una llamada anónima le alertó de que se estaba planeando acabar con su vida. Los agentes llegaron hasta la casa del testigo y vieron en las proximidades un coche sospechoso.
Cuando intentaron identificar a los dos ocupantes, éstos les recibieron con una lluvia de balas (luego se encontraron 35 casquillos). Pero la mala puntería de los delincuentes y la buena de los policías, que contestaron al fuego con sus Kaláshnikov (de eficacia contrastada en más de cien guerras), permitió que el enfrentamiento terminara como en la mayoría de las películas de ación: con los buenos ilesos y con los malos listos para la autopsia.
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