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ROCK

Sobrinus y Saratoga muestran su contundencia

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El grupo mostoleño Sobrinus se ha consagrado este año como la revelación, Dover aparte, de la independencia discográfica española reciente. Aunque son herederos del rock más cañero y de barrio, Sobrinus ha sabido dotar de contemporaneidad los parámetros más inamovibles del género.

Sus primeros pasos los dieron no hace más de dos años en su villa de la periferia, pero fue el club Siroco, del centro de Madrid, el que vislumbró su enorme proyección y empezó a programarles con asiduidad en su recoleto escenario. Pitufa, una de las primeras y más significativas canciones del trío de Móstoles, se convirtió enseguida en un himno y fue el tema principal del disco primero que grabaron en el sello que había fundado, casi para ellos, Siroco.

De sus primeros conciertos conservan un grito de guerra que hicieron célebre, "abaratalatapalakonpiku", que, aunque no significa nada, estamparon en sus camisetas y sus seguidores lucen siempre orgullosos. Tras su paso triunfal por el último Festimad de Móstoles, se embarcaron en la gira Pitufa Tour, que es la que hoy cierran a lo grande en El Sol. Para la ocasión, Sobrinus ha editado un minicompacto con cuatro versiones en directo, en el que a su célebre Pitufa añaden dos demoledoras revisiones de No tocarte, de Radio Futura, y Message in a bottle, de Police.

Este disco de colección envuelto en una curiosa caja se puede adquirir hoy antes de su concierto si se paga por la entrada 200 pesetas más que el precio normal.

En la otra punta de la capital, en San Blas, Saratoga vuelve a la carga con un nuevo cantante, orgulloso de defender la identidad del heavy metal nacional, puro y duro, que siempre han querido hacer desde sus orígenes. La actuación les sirve para presentar su reciente disco, Mi ciudad.

Sobrinus actúa hoy en El Sol (Jardines, 3; metro Sol y Gran Vía); a las 23.30; 800 pesetas (200 pesetas más con CD)

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Saratoga, en Canciller' (Pobladura del Valle, 21; metro San Blas); a las 21.00; 1.000 pesetas.

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