Un nuevo coche aprovecha la energía de frenado

Un grupo de investigadores holandeses de la Universidad Técnica de Eindhoven ha diseñado un sistema que permite reducir un 20% el consumo de gasolina de los automóviles. El prototipo, que ha costado casi 20 años de desarrollo, ha sido probado con buenos resultados en laboratorio. A mediados del próximo año el primer vehículo de prueba estará circulando.

"El sistema consiste simplemente en aprovechar el exceso de energía que normalmente se elimina en la frenada, acumularlo y reutilizarlo", explica Roel van der Graaf, jefe del grupo de investigadores. Para ello se instala un volante -una rueda de fibra de vidrio que funciona igual que la rueda que mueve el pedal de una máquina de coser- unido al motor por una transmisión. El motor de combustión del coche funciona con el sistema tradicional unos 10 segundos, acumula el exceso de potencia y luego se desconecta cerca de medio minuto, tiempo que continúa trabajando con la energía acumulada por el volante, que tiene unos 40 centímetros de tamaño. "Antes de que se llegue al primer semáforo se ha cargado ya el volante y cuando está a 17.000 revoluciones por minuto es cuando el motor se desconecta", explica Van der Graaf.

La conversión de la energía del volante al motor se logra por medio de la llamada transmisión variablemente continua (cvt). Con este sistema la fuerza de la frenada se acumula en el volante y se reutiliza para arrancar el vehículo con menor gasto del motor de combustión.

Con este sistema un coche no alcanza la misma velocidad máxima que con un motor tradicional aunque se logra la misma potencia incluso con un motor más pequeño. "Se puede circular a una velocidad máxima de 140 kilómetros por hora y un coche que normalmente tiene 1.800 centímetros cúbicos tan sólo necesita un motor de 1.400 centímetros cúbicos para obtener la misma rentabilidad", asegura Van der Graaf.