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Un redactor de 'Egin' proclama que pertenece a ETA y que es "un honor"

Es "un honor" pertenecer a ETA. Así reconoció ayer Fernando Alonso Abad, uno de los dos. periodistas del diario Egin acusados de pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas y explosivos y estragos, su vinculación a la banda terrorista ante la Audiencia Nacional, donde son juzgados. Sin embargo, en la primera sesión del juicio, tanto su compañero, Andoni Murga Zenarruzabeitia, como él negaron formar parte del comando Sugoi y haber colocado un artefacto explosivo en una empresa de Salvatierra (Álava). El fiscal pide para ambos sendas penas de 39 años de prisión.

Si Andoni Murga negó todas las acusaciones que pesan sobre él y cualquier relación con ETA, Fernando Alonso, su compañero y amigo del diario Egin, reconoció su pertenencia a la banda y afirmó que recogió armas y explosivos suyos para "lo que fuera pertinente", así como que se encargó "personalmente" de guardarlos en su casa y de que estuvieran "en buen estado", informa Efe. Alonso, que exculpó de todo a Murga, rechazó las restantes imputaciones.

En sus conclusiones provisionales, el fiscal relata que Alonso acudió a principios de enero de 1996 a Itxassou (Francia) para reunirse con Kantauri, miembro de ETA, y que éste le propuso integrarse en ella mediante la formación de un comando y le sugirió la necesidad de buscar a otra persona. Así fue como cuando, al regresar a Hernani, Alonso captó a Murga. Los procesados simultanearon después sus labores en Egin con las de etarras.

Siempre según el ministerio público, en la segunda quincena de julio de 1996, Alonso y Murga recibieron una caja con armas y explosivos que escondieron en la casa del primero. Algunos de los documentos que se les habían remitido se referían a industrias a cuyos dueños ETA les había reclamado el pago del impuesto revolucionario, por lo que decidieron colocar artefactos en varias de ellas como advertencia de que debían atenderse las exigencias de su organización. Así, fueron a Salvatierra y prepararon uno, con tres kilos de amonal, que dejaron el 15 de agosto adosado a una de las paredes del edificio de Confecciones Aitzgorri, donde hizo explosión de madrugada.

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