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El 33% de los españoles tiene exceso de peso

Los actuales conocimientos médicos han echado por tierra el mito tan arraigado del gordito bonachón. Hoy se sabe que la obesidad es la enfermedad metabólica más frecuente del mundo y es un importante factor de riesgo de otras patologías, muchas de ellas graves.Todos los expertos sostienen que, en la gran mayoría de los casos, la obesidad oculta estados de depresión, ansiedad, inseguridad, irritabilidad y profunda insatisfacción. Dos graves exponentes de este hecho son la bulimia y la anorexia.

El exceso de peso ya afecta al, 33% de los españoles, porcentaje similar al del resto de los países europeos (las cifras oscilan del 30% al 35%). En Estados Unidos, conocido como el país de los grandes obesos, la tasa supera el 40%.

Conscientes de este problema, más que una preocupación estética fruto de los modernos cánones de belleza, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) quiere sensibilizar a la población de las consecuencias de este proceso y de la importancia de la educación alimentaria.

Las amas de casa

Este año, en su segunda edición, el Día de la Persona Obesa, celebrado recientemente, dedicó varias charlas a las amas, de casa, que respondieron de un modo entusiasta. "Hemos querido dirigirnos al ama de casa porque, en definitiva, ella es la principal responsable de la alimentación en la mayoría de los hogares españoles, como sucede en el resto del mundo", afirma Basilio Moreno Esteban, secretario de la SEEN y presidente de esta jornada.Según sostiene Moreno, la verdadera prevención de' la obesidad debe empezar en la infancia, "mediante una alimentación sana y equilibrada, que comprenda una dicta variada -es decir, con todos los nutrientes- y que no sea muy abundante". Sin embargo, la obesidad es un problema que va en aumento en todos los países desarrollados y que será imparable si no se hace frente de una forma seria y no obsesiva. "Vivimos en la sociedad de la opulencia", dice este endocrino, "y del sedentarismo. Los niños sustituyen los juegos de correr y saltar por el ordenador, y la fruta, por una sofisticada bollería rica en calorías. Se observa un gran desorden en los hábitos alimentarios".

Según advierte Moreno, un niño obeso es un buen candidato para serlo de por vida: "En principio tiene más posibilidades que un niño delgado, aunque a veces, en la pubertad y en la adolescencia, intervienen factores hormonales que modifican el curso de su peso".

La obesidad, considerada en sí misma como un proceso patológico, es un trastorno metabólico que condiciona la aparición de diabetes, hipertensión arterial, problemas cardiovasculares (infarto de miocardio, trombosis cerebral), gota, sedentarismo, estreñimiento y otros trastornos digestivos, además de dificultades respiratorias, artrosis y otras alteraciones articulares y mecánicas.

Índice de masa corporal

Moreno, que admite que los criterios médicos de la gordura no coinciden a veces con los estéticos y sociales, explica que existe un consenso aceptado que establece los conceptos de sobrepeso, obesidad, obesidad mórbida y obesidad supermórbida (personas cuyo peso supera ampliamente los 100 y 200 kilos). "Hay que partir del índice de masa corporal", dice Moreno, "y éste se extrae de una ecuación entre el peso en kilos y el cuadrado de la talla en metros o centímetros. Si el resultado obtenido es de 10 a 20, hay bajo peso; de 20 a 25, el peso es equilibrado; entre 25 y 30, sobrepeso; de 30 a 40, obesidad, y a partir de 40, obesidad mórbida o supermórbida".Como advierte este especialista, que es jefe clínico de endocrinología en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, sólo el 5% de las obesidades es de causa genética, endocrina o secundaria a otras enfermedades. El resto -o sea, la inmensa mayoría- se debe a "una desproporción entre el consumo y el gasto calórico". En definitiva, que el organismo ingiere muchas más calorías de las que necesita y pueda gastar.

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