Winslow no tuvo piedad del Estudiantes
Pese al enorme partido de Vecina, el PTT Ankara se impuso con justicia
El pasado derribó al Estudiantes. Quizá algunos de sus jugadores recordaron su adolescencia, cuando en la grada contemplaban extasiados al inolvidable Winslow. Entonces le reverenciaban. Ayer no llegaron a tanto. Pero casi. 20 puntos y nueve rebotes. Ésta fue la tarjeta firmada por Winslow en el regreso a la que fue su casa. No hubo ni una pizca de sentimiento por su parte. Todo lo contrario.Durante una eternidad mandó el Estudiantes. Pero no supo escaparse. Amenazó con ello y en amenaza dejó el asunto. Cualquier momento de lucidez daba paso a otro de aspecto más absurdo, rematado con cualquier acción de rango pequeño. No extrañó que, en un tiempo muerto, José Vicente Hernández les espetara a sus jugadores: "Quizá mis órdenes sean gilipolleces".
No lo vio claro el técnico ni cuando su equipo andaba acunado en ventajas de siete u ocho puntos. Al Estudiantes le fallaba demasiado el sentido común. Tuncery se puso las botas en el perímetro e impidió la escapada. El Estudiantes defendía como quien no quiere hacer daño. Con 39-36 se llegó al descanso. Y les tocó el turno a Winslow y Scott. Ellos y los triples (hasta siete) dieron la vuelta a la tortilla. Sólo Vecina era capaz de enseñar el camino. Llegó un igualado final y fue él, como hacen los grandes, quien se jugó el partido en un triple desesperado. Pero el destino fue tan justo con el Ankara como injusto con Vecina.
En otro partido de la Euroliga, el Barcelona se impuso en la pista del Partizán (106-110) en un partido que necesitó de dos prórrogas para resolverse. Hoy le toca el turno al Real Madrid, que se enfrenta al Maccabi en el Palacio (19.45, La 2).
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