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UNA LIGA SIN PIEDAD

La baza del Sporting contra la crisis es sobrevivir hasta la apertura del mercado en diciembre

El Sporting de Gijón cree estar viviendo una pesadilla. El equipo gijonés acaba de batir un récord histórico de ineficacia en la Liga, al sumar un punto en los 10 primeros partidos. Fue una entelequia durante nueve jornadas y en la décima, cuando al fin firmó una actuación convincente, volvió a perder y además lo hizo frente a su eterno rival, el Oviedo. Sobrevivir hasta la reapertura del mercado de fichajes en diciembre es la última baza que tiene el actual presidente, José Fernández, para evitar el desastre.El presidente, retirado a un segundo plano por enfermedad, apenas ha visto otra cosa que pañuelos de protesta y pancartas en su contra en El Molinón. La interminable crisis deportiva ha servido para reeditar la guerra interna entre accionistas del club. La oposición, con tres ex-presidentes muy dispares pero que podrían unirse interesadamente, está pulsando la opinión de la ciudad, sabedora de que los 7.000 pequeños accionistas, que controlan más de 200 millones -un tercio del capital-, tienen la llave de la gobernabilidad.

Mientras, el panorama para los gijoneses es desolador. La crisis deportiva parece no tocar fondo ni acabarse nunca. En las cinco últimas temporadas, todo ha ido empeorando. Los dirigentes del club presumen de haberlo saneado y de haberle dado una estructura empresarial, pero la hinchada rojiblanca suspira por el pasado, en el que el Sporting se había hecho asiduo a la Copa de la UEFA. Las acusaciones recaen en la mala planificación deportiva de las últimas temporadas, agravada este año con improvisaciones durante la pretemporada y con fichajes fallidos, que apenas han jugado.

La afición, que a pesar de todo no le ha dado aún la espalda al equipo, se pregunta si hay otro club que invierta tan mal el dinero en fichajes, que falle tanto en el seguimiento de jugadores y que, a cambio, tenga su cantera de figuras diseminadas por los mejores clubes españoles.

La consecuencia de todo ello se viene reflejando en las clasificaciones. Hace tres años, el Sporting se salvó agónicamente del descenso en la promoción; hace dos lo hizo a dos jornadas del final, y el año pasado lo consiguió sólo de milagro. Este año no llegará vivo a la segunda vuelta al paso que lleva.

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