Las chabolas vuelven a ocupar el Salobral a los dos meses de su derribo
La población marginal crece en la zona sur de la capital. Numerosos vecinos y el PSOE de Villaverde y Usera denunciaron ayer que por cada chamizo que se derriba se levantan dos nuevas chabolas. Es el caso del poblado del Salobral, en Villaverde, junto a la carretera de Andalucía. Allí se adquirió el compromiso de derribar varias infraviviendas levantadas hace una década. Se trataba de familias no censadas en el Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada.
El acuerdo se plasmó el 18 deseptiembre entre la Comunidad de Madrid y las asociaciones de vecinos en el denominado Movimiento por la Dignidad del Sur. Fue un espejismo. Dos meses después se ha vuelto a edificar sobre las construcciones derribadas.
El portavoz socialista en Villaverde, Manuel García Hierro, explicó a Efe: "Se ha comprobado, poco después, la construcción de los chamizos que se habían tirado. La misma falta de vigilancia ha permitido que este poblado se convierta en el más grande de Madrid".
Según la denuncia del grupo socialista, "en el Salobral viven un centenar de niños, de los cuales ni 20 están escolarizados, y el resto se pasa el día dándole patadas a las latas y los escombros". García Hierro asegura que ha pedido en tres ocasiones un informe y nunca se le ha facilitado.
La concejal del distrito, Nieves Sáez de Adana, por su parte, señaló que es necesario incrementar la vigilancia. "El Salobral es de numerosos propietarios privados y habrá que exigirles que vallen el terreno y paguen la acción sustitutoria del Ayuntamiento por su dejadez", declaró a Efe.
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