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Almunia denuncia al presidente del Poder Judicial las presiones "poco confesables" sobre la justicia

Anabel Díez

El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Javier Delgado Barrio, conoció ayer de primera mano la opinión que tienen los socialistas sobre determinados sectores, personas y grupos "que tratan de defender sus posiciones poco confesables" e impedir que la justicia sea administrada con "objetividad, imparcialidad e independencia". Su interlocutor fue el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, quien explicó a Javier Delgado, aunque con más detalle, las mismas preocupaciones que ya transmitiera hace dos meses, con escaso éxito, al presidente del Gobierno, José María Aznar.

La entrevista con el presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo fue solicitada hace varias semanas por Almunia, dentro de la ronda de reuniones que inició tras su elección al frente del PSOE. Ayer se despachó y no ahorró datos para trasladar a Delgado lo que constituye casi una obsesión de los dirigentes socialistas: que en España la justicia, en tanto poder del Estado, no se desenvuelve con normalidad por la presión de colectivos minoritarios pero eficaces.Ante la prensa, Almunia no quiso revelar la identidad de las personas o grupos de los que hablaba, pero a Delgado sí le habló "con nombres y apellidos". Dirigentes del PSOE aseguran que el presidente del Poder Judicial escuchó con atención a su interlocutor, pero sin pronunciarse.

"Tomó nota", dijo Almunia al ser preguntado por la reacción de Delgado. Almunia expresó su preocupación por "la politización de la justicia", derivada de la acción de "determinados sectores, personas y grupos que tratan de defender sus posiciones poco confesables, condicionando, presionando o tratando de impedir que la justicia sea administrada con objetividad, con imparcialidad e independencia".

El líder de los socialistas informó a Delgado del encuentro que mantuvo a primeros de septiembre con el presidente del Gobierno y le transmitió su "enorme preocupación" por la incomprensión que encontró en Aznar ante estos problemas.

El Libro Blanco

Tanto Aznar entonces como Delgado ayer abordaron los problemas de la justicia en torno al Libro Blanco que será presentado esta misma semana en el Congreso. Pero Almunia le explicó que los graves problemas de la justicia como servicio público, que trata de resolver el Libro Blanco, son algo diferente de su papel como poder del Estado. Esta segunda faceta preocupa mucho a los socialistas por considerarla mediatizada.En la reunión no se habló de la reciente sentencia sobre Filesa, aunque Almunia aprovechó para arremeter contra aquellos. que sólo consideran que la justicia es imparcial cuando dictamina lo que ellos quieren. "Hay sectores que en cuanto un juez no hace lo que ellos previamente han decidido, calumnian, persiguen y tratan de aniquilar al juez", afirmó.

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Por su parte, el presidente del Tribunal Constitucional, Álvaro Rodríguez Bereijo, aseguró ayer en Santiago de Compostela que en España se ha instalado el hábito de ejercer la crítica pública confundiéndola con el insulto y la descalificación personal. Esta situación, argumentó, se ha trasladado al ámbito judicial debido a algunos "hechos singulares" y a los "comportamientos de algunos jueces que no respetan a sus compañeros ni a sí mismos".

Bereijo reconoció que este "mal clima" no es el más adecuado para resolver los problemas y que un tribunal "no trabaja bien cuando hay ruido alrededor".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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