El marcador imparte justicia
Madar logró el gol del Deportivo en el único error del portero oviedista
El marcador final impartió justicia, pero lo hizo por la vía más improbable. El Deportivo empató en el tiempo suplementario y lo hizo arruinando la tarde, hasta entonces impecable, de Esteban. El joven portero del Oviedo, un suplente que gozaba de su gran oportunidad, había sido el protagonista estelar en todo el partido, y se había consagrado sólo siete minutos antes, salvando ante Madar el gol del empate, en plena avalancha deportivista. Esteban se lució en el minuto 85 tapando un remate a bocajarro de Madar y en el 92 le daba el empate al Deportivo por hacer mal, también ante Madar, lo que hasta entonces había interpretado a la perfección, las salidas de su marco.Para el Deportivo, el gol errado por Madar a cinco minutos del final pareció ser el canto del cisne. Hasta entonces, el equipo coruñés había jugado bajo su síndrome favorito de esta Liga; esa rara sensación de que necesita jugar horas y horas para hacerle un gol a alguien. Lo rondó alguna vez con anterioridad, pero por momentos volvió a dar la impresión. de que el Depor se obstina en querer entrar con el balón cosido al pie de alguna de sus estrellas hasta el fondo de la portería rival. Por dos veces, el Deportivo se quejó de decisiones arbitrales, en un posible penalti sobre Armando en el área del Oviedo y en un gol anulado a Basir, por supuesto fuera de juego.
Fue a renglón seguido de esa jugada, al comienzo de la segunda parte, cuando el Oviedo le dio un giro al partido aprovechando la estrategia a balón parado. Rivas volvió por sus viejos fueros de cabeceador en el área enemiga, que casi tenía olvidados, y marcó el primer gol que hace un jugador español en el Oviedo en toda la Liga. El Deportivo había controlado el partido hasta entonces, ocultándole el balón al Oviedo y mostrando con sus brasileños esa rara habilidad para tener un partido bajo control sin ofrecer la menor sensación de peligro.
El gol de Rivas cambió la decoración durante un cuarto de hora y el Oviedo, un equipo al que le cuesta un mundo llegar al área rival, encadenó dos o tres oportunidades idóneas para sentenciar. En una de ellas, Dely Valdés cabeceó un medido centro de Iván Ania y fue Paco quien tuvo que sacar el balón bajo los palos. Esta intervención del defensa deportivista no fue aislada, pues fue Paco el jugador más destacado del Deportivo, algo sencillamente inconcebible en el Superdepor de temporadas atrás.
El Oviedo tuvo el partido a su merced en esos minutos, en los que Iván Ania rompió al rival por la izquierda. Pero las puntas ovetenses estaban agotadas cuando tenían mucho campo para correr y para hacer pupa al rival al contraataque. Más por inercia que por propia convicción, el Deportivo empezó a ganarle terreno al Oviedo y físicamente lo empaquetó en un tercio de campo, con todos los azules defendiendo su portería. El público, nervioso y chillón con su propio equipo, asistió entonces a una interpretación exacta de lo que viene siendo el Deportivo en esta Liga y también el Oviedo cuando juega en su propio estadio.
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