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McAleese promete utilizar su victoria para construir la "nueva nación irlandesa'

La presidencia de Irlanda quedará en manos de una respetada abogada de 46 años que se suscribe a la famosa proclama de su antecesora. "Desterrados han quedado los días en que las mujeres se limitaban a mecer cunas", dijo Mary Robinson. "Ha llegado la hora de que las mujeres sacudan al sistema". Mary McAleese se propone hacer exactamente eso en su empeño por construir la nueva nación irlandesa tras su victoria en las elecciones presidenciales del jueves.

Estos comicios la convierten en la primera presidenta nacida Irlanda del Norte con un cómodo márgen de 45,2% de los votos, según los resultados anunciados anoche.Fue una victoria cantada tras una serie de encuestas que desde un comienzo dieron amplia ventaja a la candidata del partido oficialista Fianna Fail, el principal de Irlanda. McAleese en ningún momento pareció preocupada por el desafío de la experimentada europarlamentaria Mary Banotti, de 56 años, que obtuvo el 29,4% de los votos en su intento por llevar su partido, el Fine Gael, a la presidencia en una curiosa campana disputada por cuatro mujeres y un hombre, que quedó el último.

Tan convencidos estaban los irlandeses del triunfo de McAleese, que horas antes de conocerse los resultados finales, uno de los diarios de Dublín la proclamó Reina Mary II, aludiendo a la sucesión de Robinson, que dejó el cargo para incorporarse a la oficina de derechos humanos de la ONU. Pero su elección para el mayormente decorativo puesto de presidenta también demostró que los irlandeses están cada vez más apáticos en temas políticos. Solo el 50% del electorado de 2,7 millones acudió a las urnas, un declive del 10% con relación a los comicios de hace siete años.

McAleese ha despejado toda duda acerca del énfasis que pondrá a su gestión. Busca la reconciliación de los irlandeses, quizás porque como ninguna otra de las candidatas cuenta con experiencia de primera mano en el conflicto del Ulster y ha estudiado el efecto de éste en la política de la república.

Hija de una familia numerosa católica de Belfast, nació en el conflictivo barrio de Ardoyen en 1951. Su juventud transcurre en medio de los violentos disturbios de la campaña republicana que algunos unionistas protestantes todavía insisten en aplastar. Fue precisamente ese ambiente de violencia, ilustrado con el asalto perpetrado por paramilitares protestantes contra su casa, lo que le impulsó a explorar un arreglo desde sus tiempos de estudiante de leyes en la Universidad de Queens. Su carrera académica es brillante e incluye las catedras de derecho constitucional tanto en Belfast como en Dublín.

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