La incertidumbre se apodera de las bolsas, que vuelven a las pérdidas con excepción de Madrid
Los mercados mundiales retornaron ayer su camino a la baja, aunque de forma mucho más moderada que en días anteriores. Las principales bolsas de Asia, Europa y América, registraron pérdidas. El mercado de valores español fue el único que logró desmarcarse de la tendencia, con una inesperada subida del 0,68% gracias al fuerte avance de Endesa y el trasvase de dinero del mercado de futuros al de contado. Aunque la mayoría de los analistas coinciden en señalar que lo peor ha pasado, todos auguran una alta inestabilidad financiera de aquí a final de año.La incierta dirección de la Bolsa de Nueva York el día anterior devolvió el pesimismo a los mercados asiáticos, origen de la actual crisis financiera mundial. Todos sufrieron caídas. Destacaron Hong Kong (3,7%), Tokio (2,9%), Bangkok (2,58%) y Séul (4,26%). Contagiada por esta nueva ola de ventas, Europa abrió claramente la baja: del 1% de Francfort a 2,5% de París.
Una tendencia que se confirmó con la negativa apertura de Wall Street. Las pérdidas del mercado estadounidense dieron la razón a los analistas más pesimistas, que auguran una fuerte volatilidad en los mercados occidentales mientras no se resuelva la crisis asiática. Londres cerró con un descenso del 1,43%, París perdió el 2,79% y Francfort, el 1,52%.
Estos descensos indican que todavía no hay compradores, debido a la enorme incertidumbre de la situación. Los especialistas de los mercados se muestran muy cautelosos a la hora de decir si ya ha pasado la crisis.
La inestable evolución de las bolsas como de los mercados de divisas en el mundo ofrece serias dudas a corto plazo. Hasta el momento sólo se han producido reacciones en los mercados, pero los problemas que los han provocado continúan vigentes.
Dientes de sierra
El perfil de la sesión en la Bolsa de Nueva York se ajustaba al tópico de los dientes de sierra, pero siempre con datos negativos en las dos primeras horas de contratación, algo lógico después de los fallidos intentos de recuperación de la jornada anterior.A media sesión, el Dow Jones conseguía un avance de 32 puntos pero poco después volvía a los números rojos. Fue una sesión especialmente volátil, en la que se registraron nada menos que 38 inversiones del sentido de la curva gráfica. Una auténtica montaña rusa, que terminó con una pérdida de 125 puntos (1,67%) y con el índice Dow Jones en 7.381 puntos. Este dato no hará más que añadir presión sobre los mercados asiáticos y los europeos, que en el actual contexto de inestabilidad son aún más sensibles a la evolución del primer mercado de valores del mundo.
El dólar se mantuvo a la baja, aunque a última hora lograba recuperar posiciones. El cambio medio fue de 144,77 con la peseta, 2,18 por debajo del cambio del miércoles, un nivel que no se tocaba desde el pasado mes de abril. Al cierre de la sesión, se cotizaba a 145, 80 pesetas.
Madrid fue la única Bolsa que logró salvar los avances del día anterior, 30,82 puntos (5,80%). Los operadores achacaban en parte esta reacción a la labor de los especialistas del mercado de futuros, que habían variado sus posiciones para pasar a comprar contado, acciones, y vender contratos de futuros.
El mercado tuvo una apertura a la baja similar a la del resto de Europa, que luego se invirtió. Este cambio de dirección está relacionada con el arbitraje y las fechas -a final de mes se pasa revista a las cuentas de los fondos de inversión y de las carteras institucionales- Esta ganancia se remite a una simple cuestión técnica, que hizo a los especuladores del parqué madrileño aplaudir como niños cuando el Ibex 35 comenzó a subir, situación que se repite por segunda vez en los últimos días.
Madrid recibió otro impulso de la mano de Endesa. Los inversores acogieron favorablemente el nuevo acuerdo entre la eléctrica y la chilena Enersis, cuya mayoría de capital acaba de comprar. Endesa, con un enorme peso en la contratación diaria de la Bolsa, subió un 5,07%.
El mercado español de deuda, que tuvo un comportamiento positivo en los últimos días gracias al trasvase de dinero desde las bolsas, ha entrado en fase realizadora y ayer subió la rentabilidad de la emisión a 10 años una centésima, hasta el 6,04%. Justo antes de comenzar la crisis en los mercados asiáticos, la rentabilidad del bono español estaba en el 6,10%, pero la entrada de dinero la hizo bajar hasta el 6,02%.
Después de estos procesos de ajuste, el diferencial con la deuda alemana ha empeorado y ayer se situaba en 0,45 puntos, seis centésimas por encima del día anterior y 10 más que antes de la crisis. Ahora que parece que ha pasado lo peor, los inversores han entrado en una fase de confusión. Parece que ha pasado el momento de la caza de oportunidades para unos y de la venta indiscriminada para otros. La actividad que muestran los especialistas puede ser un sustituto momentáneo, pero los mercados necesitan estabilidad y los gráficos de los últimos días indican una alarmante volatilidad.
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