Las cajas sostienen que los impuestos y las cuotas estrangulan el ahorro familiar
España va bien, pero las familias españolas no lo notan porque el aumento de los impuestos y de las cargas sociales frenan su capacidad de ahorro. Así se desprende de un estudio de la Fundación de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). La conclusión choca con el optimismo, oficial, más comprensible si se observa que el ahorro de las administraciones y de las empresas en 1997 es el que realmente crece y sostiene el aumento del 12,7% general y eleva al 22,6% del PIB el ahorro total.
El ahorro se situará así en el 22,6% del PIB. Pero, mientras que el ahorro empresarial crecerá un 16,1% y las administraciones moderarán sus déficits, el ahorro de las familias sólo crecerá un 0,8% con lo que su tasa de ahorro (relación ahorro familiar-renta disponible) cae al 11,9%.El director general de la Fundación de la CECA, Victorino Valle, que presentó ayer el último número de Cuadernos de Información Económica, explicó la razón del estancamiento del ahorro familar, un dato chocante cuando la renta disponible crece a buen ritmo (4%) y la riqueza nacional (Producto Interior Bruto) aumenta en un 5,6%. Según Valle, el ahorro familiar no se estanca porque crezca el consumo, sino porque la presión fiscal -impuestos y cuotas sociales, entre las que destacan pagos a la Seguridad Social- han aumentado de forma relativamente importante. Así, frente al 10,27% de la renta anual que cada español dedicaba en 1996 al pago de impuestos, en 1997 se ha alcanzado el 10,35%. Otro tanto sucede con las cotizaciones a la Seguridad Social, que pasan del 14,67% al 15,12%.
Las datos, aseguró Valle, deberían hacer reflexionar a las administraciones sobre la posibilidad de ofrecer a lo s ciudadanos los mismos servicios, reduciendo la presión fiscal y fomentando el ahorro. A ese fomento del ahorro contribuiría también un tratamiento fiscal más homegéneo de los diferentes activos financieros, en lugar de la discriminación de unos activos frente a otros que, según Valle, se observa en estos momentos.
Con todo, el ahorro en España, gracias a la buena marcha de las empresas y a los esfuerzos por reducir el déficit de las Administraciones Públicas, crecerá este año de forma importante: un 12,7%, para situarse en el 22,6% del Producto Interior Bruto (PIB) o lo que es lo mismo, 17,6 billones de pesetas. Esa cantidad de ahorro, señaló Valle, bastará para financiar toda la inversión nacional, con un sobrante equivalente al 2,7% del PIB.
Preocupación
Pero en cuestiones de ahorro la situación no es igual para todos. El estudio de las cajas señala que la mitad de los hogares no ahorran -un 46% no lo ha hecho ni prevé hacerlo en 1997-. Quizá por ello, casi la mitad de la población, un 48%, afirma que le preocupa mucho su futuro económico. Esa preocupación es independiente de sus ingresos.Entre quienes consiguen ahorrar, señala también el informe, más de la tercera parte (35%) no saben muy bien en qué invertir, un dato que es coherente con lo que piensa más de la mitad de la población (54%) sobre la información de que dispone para emplear su ahorro: insuficiente.
¿Dónde va el dinero ahorrado? En su mayor parte (67%), a cuentas corrientes y libretas. Por otra parte, el 37% destina parte de sus ahorros a vivienda. Las inversiones en depósitos a plazo, planes y fondos de pensiones y seguros han crecido de forma significativa. Ha caído la inversión en joyas y bienes de lujo, se ha mantenido el número de inversores en negocios y han crecido mucho los partícipes de fondos de inversión (cinco puntos) y los inversores en Deuda Pública (tres puntos).
El estudio de la CECA observa también una estrecha relación entre la evolución del empleo y del ahorro, hasta tal punto de concluir que "si la sociedad española quiere afrontar seriamente el problema del empleo y del paro, tendrá que incrementar su cuota de ahorro nacional bruto, además de hacer un esfuerzo para mantener la estabilidad en los precios y salarios y reducir el déficit público".
Otra relación evidente es la que existe entre ahorro y el nivel de estudios. Según la CECA, las personas sin estudios sólo ahorran entre el 2,7% y el 3% de su renta. El porcentaje sube hasta el 5,2% en el caso de quienes tienen estudios primarios; al 6,7% en los que tienen secundarios y al 9,5% para los que tienen superiores.
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