El sector del transporte francés apura las negociaciones para evitar la huelga

La patronal y los sindicatos del transporte francés reanudaron ayer por la noche las negociaciones en un intento de alcanzar un acuerdo que desemboque en la desconvocatoria de la huelga anunciada a partir del domingo. Aunque la reunión, prolongada a lo largo de la mañana y suspendida al mediodía se desarrolló en un clima más distendido que el de jornadas precedentes, todo hace suponer que la incertidumbre sobre la convocatoria o no de la huelga persistirá en los próximos días.

Los representantes de las organizaciones empresariales propusieron anoche un nuevo texto que, si bien no aborda directamente las cuestiones de fondo más problemáticas, deja de incidir en apartados como el de la anualización de las horas de trabajo, que han suscitado reacciones airadas de los sindicatos.En sus demandas, los sindicatos exigen garantías de un sueldo mínimo de 10.000 francos (250.000 pesetas) por 200 horas mensuales y reclaman el pago de las primas de 3.000 francos (75.000 pesetas) aceptadas por la patronal bajo la presión de la huelga del pasado año.

En un clima de expectación general y de preocupación creciente a medida que se acerca la fecha del domingo, el Gobierno francés, representado por el ministro del ramo, el comunista Jean Claude Gayssont, evalúa la posibilidad de intervenir como mediador, tal y como solicitan las partes.

Gayssot respondió ayer secamente al comisario europeo Neil Kinnock, quien la víspera se hizo eco de la inquietud de los transportistas internacionales. "El señor Kinnock es muy gentil, pero si quiere ser eficaz lo que tiene que hacer es solucionar el problema a nivel europeo armonizando socialmente el transporte por carretera", indicó el ministro francés, para a continuación recomendarle al comisario europeo que "se ocupe de sus asuntos".

Mientras las instituciones comunitarias, los gobiernos y las federaciones de transporte internacionales multiplican estos días sus peticiones para que París establezca corredores protegidos, los sindicatos preparan la huelga a conciencia. Las consignas de bloquear los puntos clave de las rutas, las fronteras, los centros de abastecimiento de combustible, las grandes superficies y empresas circulan desde el pasado fin de semana en los medios del sector.

Con todo, los propios sindicatos parecen haber renunciado a reproducir en toda su intensidad el bloqueo del pasado año y e muestran dispuestos a permitir, al menos, el tráfico de los turismos, conscientes, por lo visto, el escaso margen de maniobra que una situación semejante dejaría al Ejecutivo socialista.

El recuerdo de una Francia bloqueada por carretera durante 12 días está llevando a las empresas a hacer acopio de combustible, mercancías y repuestos a adelantar los transportes de material previstos.

Desde España, la Confederación de Transporte de Mercancías (CETM) ya ha calculado que sus asociados perderán unos 500 millones de pesetas diarios si se produce la huelga y el bloqueo de las carreteras francesas. Y la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) pide al Gobierno que inste a la Unión Europea a sancionar a Francia y le exija indemnizaciones por los daños que se causen.