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Tribuna:VISTO / OÍDO
Tribuna
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Actualizar el perdón

"Perdón" es una rutina que se dice cuando se tropieza con alguien. No es posible que los obispos actuales la utilicen para algo tan tremendo como fue lo que hicieron otros obispos antiguos que lanzaron, bendijeron y aprobaron la guerra civil del "Movimiento", con su brazo en alto y sus flechas en la sotana y enseñando a disparar a los chicos de Acción Católica. Me gustaría que los obispos actuales dijeran "usted perdone" por combatir ahora deseos y necesidades de la parte de la población española o por sostener la COPE y sus publicaciones combativas. Monseñor Echarren dice que no se ha pedido perdón porque en la asamblea no hubo mayoría de dos tercios a favor. También en el Ateneo se aceptó la existencia de Dios por un voto de mayoría. Recordaba el monseñor que "socialistas, comunistas y anarquistas" no piden perdón por sus crímenes de guerra. Es que sobrevivieron muy pocos de los criminales: fueron a su vez asesinados. ¿Tendría que pedir perdón el Ejército por aquella justicia sumaria? No: eran otros. Con los criminales rojos cayó una inmensa mayoría de inocentes. Y de personas que intercedieron por aquellos a quienes los criminales rojos iban a matar. La razón jurídica era implacable: "Si ayudó, es porque tenía una posición fuerte con los rojos": le condenaban a muerte. Algunos de los favorecidos acudieron a declarar en favor de los acusados: "¿Y a usted quién le avala", le respondían: con lo cual huía despavorido.Son curiosos modales pedir perdón a Galileo, a moros y judíos expulsados por los Reyes Católicos, o a los flamencos arrasados por el de Alba: siempre dan ganas de decir. "Y a usted ¿quién le avala?". Quien pide perdón debería pedírselo a los africanos de las pateras, a los hispanoamericanos y a los chicos expulsados por millares, a los refugiados a los que se va a pasar por un tamiz.

Yo deseo que se enseñe la guerra civil, para que se cambie la historia brutal y guerrera que hicieron los vencedores, y como manera de comprender a los que ganaron y a los que perdieron: nunca como venganza. No tengo que pedir perdón. Nunca he sentido el ánimo de herir al que hizo el mal: he procurado comprenderle. Y he estrechado sin resquemor muchas manos de asesinos. Perdonar indica un ánimo de hacer daño que se restringe: no lo tengo. Ni a los que ahora amenazan con el atentado, el paredón, el paseo. 0 lo peor: el tribunal especial.

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